jueves, 21 de septiembre de 2023

«No me voy, me echan» Rafael "El guerra"

 


Alfonso Guerra dijo que las críticas de Díaz contra la postura de Felipe González en contra de la amnistía a los encausados en el 
procés se debieron de producir mientras va “entre una peluquería y otra”. (21 Sept 2023).

Este repugnante comentario machista es una muestra más de los engrudos dialécticos de este viejo camarada socialista y de su insidia estalinista a su paso por el PSOE. Stalin borraba de las fotos grupales a algún comunista caído en desgracia, pero Guerra ni siquiera les dejaba fotografiarse. “El que se mueva no sale en la foto” era su máxima autoritaria.

Era el tipo que con un supuesto gracejo andaluz atacaba a sus enemigos políticos de forma vejatoria. Así arremetía, en 1982, contra quien había sido uno de los artífices de la transición, contra Adolfo Suárez, calificándole de “tahur del Misisipi”. También fue objeto de sus gracietas ofensivas el que fue ministro de Defensa y posteriormene alcalde de Madrid, Agustín Rodríguez Sahagún, de quien decía que era un chusquero al que cortaban el pelo con el casco puesto.

Era el tipo chulesco que un día, a la vuelta de un fin de semana a Sevilla, se vio atrapado en un atasco de coches monumental e intentó que le dieran preferencia en la cola. Sufrió el abucheo del resto de conductores y en un acto de soberbia y prepotencia hizo al chófer dar la vuelta y pidió a Madrid que le enviaran un falcón, orden que se cumplió.

Al igual que su coterráneo Felipe González Márquez, de quien hablaremos en otro momento, no fue voluntaria su salida de la política ni mucho menos, ¡lo expulsó la corrupción¡

En 1989 estalla el “caso Guerra”, al hacerse público que ya iba para seis años que hubiera nombrado como su asistente a su hermano, Juan Guerra, un tipo sin oficio ni beneficio que hasta entonces se había dedicado a vender biblias a domicilio. Lo asignó un sueldo de 129.370 pesetas, que para aquella época no estaba nada mal; pero el mayor problema fue que le proporcionó un despacho en la Delegación del Gobierno en Andalucía, desde el que Juan hizo todo tipo de negocios personales utilizando el nombre de su hermano.

Saltó el escándalo, en Barbate, por la supuesta intermediación del hermano del vicepresidente en el desbloqueo de un proyecto turístico de gran envergadura, Puerto de la Plata, que suponía una inversión inicial de 8.000 millones.

Juan Guerra fue acusado y juzgado por los delitos de cohechofraude fiscal, tráfico de influencias, prevaricaciónmalversación de fondos y usurpación de funciones. La Audiencia sevillana lo condenó a un año de cárcel por usurpación de funciones, y ese mismo año el Tribunal Supremo revocó la sentencia, ordenando la absolución.

Finalmente, en 1995, fue condenado por un delito fiscal. Él y su socio Juan José Arenas fueron condenados a dos penas de un año de cárcel (que no hubieron de cumplir al carecer de antecedentes penales) por un fraude fiscal de 42.103.742 pesetas cometido durante los años 1988 y 1989 en su empresa Corral de la Parra. Ambos fueron condenados a pagar dos multas de 24.933.200 y 34.860.000 de pesetas respectivamente.

En aquel aquelarre de cifras, un buen día regaló un caballo a su sobrino, el hijo de Alfonso; recuerdo que el periodista Juan José Millás encabezaba una columna de El País diciendo que “si mi hermano le regala a mi hijo un caballo, pienso que se ha vuelto loco o que ha fichado por el Real Madrid”. El mismo periodista que, hoy, 30 años después critica, el exabrupto machista de Alfonso Guerra que encabeza este post:

La caspa, una vez más, metiéndose con el champú".

Volviendo a la salida de la política de Alfonso Guerra por la puerta de atrás, recordemos que cuando estalló el escándalo “Juan Guerra” hubo una interpelación en el Parlamento, donde el vicepresidente no solo fue incapaz de rebatir las acusaciones de corrupción, sino que señalando la cartera que portaba amenazó con poner en marcha el ventilador de la basura, hecho que hizo que un indignado Nicolás Sartorious le espetara “Qué lleva ahí y quién se lo ha dado? ¿La policía?

Finalmente, y a pesar del apoyo del presidente Felipe González, se vio obligado a dimitir como vicepresidente.

Y esta es la triste historia de quien parece querer competir en ranciedad con el héroe de las Azores y otros tipos de su calaña. Un cátedro en Teoría del Estado y gran jurisconsulto en Derecho Constitucional.

JGM


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