lunes, 22 de mayo de 2017

Pedro "el Cruel"





Rajoy descarta adelantar las elecciones tras la victoria de Sánchez

Sostiene que "todo sigue igual" en aras de mantener la estabilidad y que aún no ha felicitado a Sánchez "para no molestar"

Miembros del PP admiten su "preocupación" ante las dificultades en la gobernabilidad que puede poner Sánchez


Parece que el único acierto de Felipe González desde su “paracaídas de oro”, desde su dulce jubilación, ha sido el apelativo que le dedicó a Pedro Sánchez: Pedro el Cruel.
¿Fue una premonición la del exconsejero de Gas Natural, del que se llevó más de medio kilo por tener que aburrirse? El caso es que Pedro Sánchez ha vuelto como el Conde de Montecristo. Ha regresado  asestando estocadas a diestra y siniestra.

Ahora, Rajoy, con la que le está cayendo en Madrid, no piensa ni por asomo en adelantar las elecciones. Quizá porque tema que si las pierde es muy probable que pierda también la protección que presumiblemente les está brindando un sector importante del Poder Judicial y acabe con sus amigotes en un lugar menos saludable que la Moncloa.   

 Pablo Iglesias está esperando que le cojan el teléfono. Ahora, tras no saber qué hacer con su ridícula moción de censura, cuyo fin último le ha explotado en las manos, pretende endosársela a Pedro Sánchez. Volver a lo que le negó (nos negó a todos) tras las primeras últimas elecciones; todo ello por el sorpasso de su mentor, de su padre espiritual, del comunista Anguita. Porque todos esos estudios de los que presume no le han enseñado que dentro del concepto de Poder político, el poder por antonomasia es el del Ejecutivo, de ahí ese nombre, e Iglesias se lo regaló a Rajoy escuchando los cantos de sirena de su mentor comunista.
Ahora tendrá que aprender, en una cura de humildad, que la cal, viva o muerta, tiene usos pacíficos y puede servir para limpiar ciertas manchas. Pero quia, su ego caudillista parece más dispuesto a arrastrarle donde sus aliados comunistas, caiga quien caiga.  
Me alegraría saber que piensa Íñigo Errejón de todo esto, pero me temo que el jefe no le va dejar abrir la boca.

Sí, la política es cruel; ahora lo van a saber los diecisiete dimisionarios. La primera víctima no ha durado ni unas horas; el obsequioso Hernando no ha esperado la orden.
¿Y en Andalucía? Bueno, suponemos que la Estadística cobrará más importancia y decidirá el liderazgo.

En cuanto a las otras fuerzas políticas, unos dirán que son cosas de Madrid; sobre todo los vascos, que disfrutan de un seguro vasallaje: Madrid les paga para que colaboren y estén tranquilos.
Más peliagudo esta el tema catalán: un cupo a la vasca significaría que Madrid lo pagaría todo. Eso sería el acabosede la patria unida.
En realidad, el gran problema que hereda Pedro Sánchez es este último. Depende de su talento político cómo salir de él.
Los últimos tiempos no parecen propicios para la aparición de grandes políticos, más bien lo contrario: véase a Rajoy que no solo se inhibe sino que los crea él mismo, como hizo con el Estatut.
Sí, se echan en falta aquellos políticos capaces de resolver graves conflictos: De Gaulle con Argelia; Churchill con la Alemania nazi o, para no ir tan lejos, Adolfo Suárez con el PCE.
Si Sánchez es capaz de salir airoso de este endemoniado asunto, mostrará  talento de hombre de Estado; aunque posiblemente le convierta en un “héroe de la retirada” como a Suárez.

Pedro, te deseamos de todo corazón lo más clásico: Virtud, fortuna y ocasión.
JGM