lunes, 26 de diciembre de 2016

Donald Trump y el "Efecto mariposa"





Dentro de las Ciencias sociales, quizá sea la Sociología electoral una de las disciplinas más controvertidas; pero parece que últimamente la acompaña en sus devaneos su rama más próxima a las Ciencias exactas, la Socioestadística electoral.

Los grandes medios norteamericanos, NYT, Washington Post, NBC News, Wall Street Journal, etc. sostenían dos días antes de las elecciones del pasado 8N que Trump no había podido superar el 44% de intención de voto, lo que mostraba su incapacidad para superar a los incondicionales de Clinton e incluso a los que no simpatizaran con Hillary, pero preferían un mal menor.
Cuatro meses antes de las elecciones la CNN/Opinion Research  daba a Hillary Clinton una diferencia de 24 puntos sobre Trump, y la poco sospechosa Fox News, 17 puntos.
Tampoco los odds de los apostadores profesionales anduvieron muy finos, dos meses antes los demócratas figuran como favoritos -450 (ganar $100 apostando $450)  según la casa de apuestas Bovada, con los republicanos apareciendo como claros perdedores con cuota de +325 (ganar $325 apostando $100).

La noche anterior a las elecciones del 8N, mi amigo JF y yo discutíamos sobre el posible resultado. He de admitir que amparado en las encuestas sentía cierto optimismo en que no ganara ese energúmeno, quizá fue whishful thinking; JF se mostraba más pesimista.
En aquellos momentos recordé de repente un viejo relato de Ray Bradbury que resumí a mi amigo:
  
El relato de Bradbury “A Noise of Thunder” transcurre en el año 2055 y describe una excursión al pasado a través de la máquina del tiempo para observar a los animales antediluvianos.
Tras pagar un buen dinero, el cazador Eckels se apuntó a un viaje al Jurásico. El día anterior, un defensor de la democracia, Keith, acababa de ganar por una amplia ventaja la elección presidencial USA, derrotando a un supuesto dictador bocaza, agresivo y fascistoide llamado Deutscher.
Al emprender el viaje, los cazadores son advertidos de que para evitar la paradoja del viaje en el tiempo deben ser muy cuidadosos para dejar todo como lo encontraron en un principio, ya que son conscientes de que el cambio más leve puede provocar importantes alteraciones en el futuro; por ello no se les permite salir de un sendero antigravitatorio que se mantiene flotando a quince centímetros del suelo.
Al ver aparecer a un tiranosaurio, Eckels, excitado, se asusta y por unos momentos se sale del trazado convenido.
Travis, jefe de la expedición, al ver las botas de Eckels manchadas de barro, entiende que se ha salido del sendero y le amenaza con  abandonarle en el pasado, pero lo deja regresar esperando que a la vuelta no se haya producido ningún caso sustancial; en caso contrario dice que lo mataría.
 Vuelto a la máquina, el imprudente Eckels descubre una mariposa aplastada en la suela de sus botas.
 A la vuelta, Travis notó ciertos ligeros cambios; y ya en la agencia de viajes, preguntó al encargado cómo estuvo el discurso del presidente electo Keith. El hombre le respondió “¡Estás loco, Deutscher ganó las elecciones”!
El viajero suplicó a Travis que le dejara volver al pasado, pero este se negó y le disparó su rifle a bocajarro.


¿Cuál fue el “Efecto mariposa” que cambio los odds del 8N americano?
Pues, realmente tendrán que ser los ciudadanos del Gran Imperio los que lleven a cabo sus análisis, sobre todo esa difusa organización política que es el Partido Demócrata, aparentemente más interesada en recaudar fondos que en transmitir ideología.

Quizá muchos trabajadores precarios recordaron que la desigualdad creció durante los años de Ronald Reagan en la Casa Blanca -un republicano que creía en la desregulación de los mercados y las rebajas de impuestos-, pero que continuó con Bill Clinton, el esposo y asesor de Hillary.
Quizá sean muchos los votantes que hayan descubierto el fin del “Sueño americano”. Cientos de miles de norteamericanos trabajan para WalMart, MacDonals, etc, y cuando acaban su jornada laboral cogen su mochila y se van a dormir a un centro de acogida.
O quizá fuera decisiva la capacidad de comunicación de los dos candidatos:
La risa forzada de H. Clinton, mediocre comunicadora, frente al mensaje torvo, directo, y amenazador de Trump: “Todo va a seguir igual” decía la una, frente a ¡vamos a hacer una revolución! ¿cuál? ¡Ah, ya veréis!, del otro.

Tampoco tenemos que mostrar demasiado asombro. Recordemos cómo Rajoy. tras haber desalojado a Zapatero con la ayuda del guru de la transición y presunto portavoz del IBEX35, J. L. Cebrián, consiguió la mayoría absoluta en 2012, tras una campaña demoledora cuajada de embustes, demagogia y populismo barato.

El próximo Enero empieza a reinar el nuevo Gran Kahn, ¡qué
los dioses pillen sin culpa a los inocentes!

JGM  
                     


martes, 25 de octubre de 2016

Al Constitucional le gustan los toros

 

El Constitucional devuelve a Cataluña las corridas de toros

El tribunal estima que la ley autonómica invade la competencia del Estado en materia cultural. El fallo suma 8 votos a favor y tres en contra. Habrá voto particular.

Es inaudita la capacidad del PP para corromperlo todo, no ya con vistas a apoderarse del dinero público, sino también para corromper las instituciones con el fin último de apalancar su poder y aumentar su impunidad. Han corrompido los municipios, las Comunidades Autónomas, la Monarquía a través de los presidentes de estas últimas y, por que no, la Presidencia del Gobierno  con aquellos mensajes de ánimo que Rajoy envió a su tesorero Bárcenas a la prisión de Soto del Real.
Es paradigmática la astucia con la que Rajoy ha conseguido formar un Tribunal Constitucional acorde a sus intereses, con la consiguiente deslegitimación de ese importante órgano político-jurídico . 
Las tácticas dilatorias de este sinuoso personaje impidieron cubrir las vacantes que se produjeron durante las dos legislaturas de Rodríguez Zapatero. Rajoy esperó hasta lograr la mayoría absoluta para recomponerlo a su favor, consiguiendo una mayoría conservadora tras diez años de mayoría "progresista".
En una de sus trapacerías, consiguió meter con calzador a uno de afines pese a que no cumplía los requisitos para entrar en ese tribunal, bien que se sirvió del voto de uno de los "progresistas", el del presidente Sala, quien asimismo, en 2011, no acepto la renuncia de tres miembros del Tribunal, lo que hubiera significado la renovación automática del mismo -él sabrá por qué lo hizo-. 
Poco después de su nombramiento, el incualificado magistrado Enrique López, era pillado in fraganti por la policía al cometer un delito contra la seguridad vial, viéndose obligado a dimitir.
Más llamativo resultó el nombramiento de su actual presidente, Francisco Pérez de los Cobos, un sujeto que ocultó su militancia en el PP. Algunos de sus condiscípulos relatan que cuando este fulano tenía 16 años desgarró públicamente el ejemplar de la Constitución que la maestra había repartido entre los estudiantes; también cuentan que en sus redacciones incluía párrafos de discursos de Blas Piñar.

Seis largos años han tardado esos prohombres en dilucidar "si toros sí o toros no, en Catalunya"; en cualquier caso ya me explicarán qué tiene que ver ese sangriento espectáculo con la Constitución, ¿en que capítulo figura la tauromaquia?; todo lo contrario, alguien tendría que haber invocado el preámbulo de ese texto, uno de cuyos párrafos comienza hablando de "promover el progreso de la cultura..." ¿Qué progreso encuentran los ilustres tribunos en esa salvajada ancestral; y habría que recurrir a un muy amplio concepto de cultura para encontrar justificación a esa siniestra ordalía. Cultura deriva del latín cultus y hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre, y ha sido asociada siempre a la civilización y al progreso. Igual de ridícula resulta la petición a ese tribunal, creo recordar que una de las impulsoras fue la esxpresidenta de la Comunidad de Madrid, madrina política de todos esos sujetos ahora en los banquillos o tras barrotes, digo que igual de ridícula fue esa petición como su aceptación por esos preclaros tribunos.
                                            *   *   *


 El pasado domingo, la socialdemocracia española tuvo un serio percance. Aparte de las luchas por el poder, inevitables en casi todos los partidos, se adivinaba en la pugna una concepción distinta del Estado. El conflicto giraba alrededor del principal problema del país: Catalunya, lo cual no quiere decir que Catalunya sea un problema, que no lo es: el problema radica, más bien, en el cerrilismo intolerante del nacionalismo español. Un conflicto exacerbado por la decisión de ese Tribunal Constitucional, en 2011, de anular un Estatut aprobado democráticamente tanto por el Parlament catalán como por el Parlamento español. 

De las tres naciones que forman el estado español: Euskadi, Catalunya y el resto de España; Euskadi ha decidido elegir la vía larga en su proceso de autodeterminación; de hecho, junto a Navarra, es un país confederal con Hacienda propia: lo que recauda se lo gasta como quiere. 
Otro caso es el de Catalunya.
Catalunya y Andalucía son las dos comunidades autónomas más pobladas, Andalucía  supera a la otra en población por cerca de un millón de habitantes.
El "café para todos" de 1978 intentó igualar a las 17 comunidades, tratando de evitar, así, conflictos con los militares franquistas que aún no habían digerido el tránsito final de su venerada momia,  pero eso no hizo sino alargar un problema secular.

 Las comunidades andaluzas y catalanas difieren tanto en lo socioeconómico como en sus respectivas historias.
La ocupación musulmana de Barcelona -epítome de Catalunya- duró poco más de 80 años, hasta que los francos de Carlomagno empujaron a los bereberes hacia el sur. 
La de Andalucía duró casi ochos siglos, a pesar de  que los cristianos hubieran conquistado Sevilla, Córdoba y Jaén dos siglos y medio antes de 1492.
Quizá hayan sido esas coyunturas históricas las que hayan forjados las diferencias culturales entre ambas comunidades. Dos culturas tan respetables como distinguibles:
La tauromaquia, el flamenquismo y el menosprecio mudejarista del trabajo frente a un europeísmo industrioso.

Y vaya, por último,  un ejemplo de praxis política, quizá un tanto casuístico: 
La alcaldesa de Barcelona Ada Colau ha decidido fiscalizar las obras de la Sagrada Familia, tanto en los desbordes urbanísticos como en los impuestos sobre lo que recaudan; mientras, en Córdoba, la presidenta andaluza de la oronda sonrisa minimiza la  apropiación de la mezquita por los curas por 30 euros, poco más al cambio de lo que cobró Judas Iscariote.

Intentaba cerrar este post  con unos versos del segundo libro de poemas de Machado sobre Castilla, pero prefiero hacerlo con un párrafo de Ortega y Gasset de su España Invertebrada:


"Unos cuantos hombres, movidos por codicias económicas, por soberbias personales, por envidias más o menos privadas, van ejecutando deliberadamente esta faena de despedazamiento nacional, que sin ellos y su caprichosa labor no existiría. Los que tienen de estos movimientos secesionistas pareja idea, piensan con lógica consecuencia que la única manera de combatirlos es ahogarlos por directa estrangulación: persiguiendo sus ideas, sus organizaciones y sus hombres. La forma concreta de hacer esto es, por ejemplo, la siguiente: En Barcelona y Bilbao luchan nacionalistas y unitarios; pues bien: el Poder central deberá prestar la incontrastable fuerza de que como Poder total goza, a una de las partes contendientes; naturalmente, la unitaria. Esto es, al menos, lo que piden los centralistas vascos y catalanes, y no es raro oir de sus labios frases como éstas: Los separatistas no deben ser tratados como españoles. Todo se arreglará con que el Poder central nos envíe un gobernador que se ponga a nuestras órdenes."


España Invertebrada, 1921. Cap 3 (Por qué hay separatismo).

JGM 

jueves, 20 de octubre de 2016

  infolibre Periodismo libre e independiente

 El director de ‘El País’ reconoce que pudo ser “presa de la efervescencia” en sus ataques a Pedro Sánchez

 

En 1986, el periodista Javier Pradera, a la sazón jefe de Opinión de El País, con motivo del referéndum propuesto por Felipe González y su partido sobre la permanencia de España en la OTAN, encabezó con su firma un artículo colectivo pidiendo el voto a favor de la permanencia en esa organización.
Muchos lectores protestaron porque creyeron ver que aquello empañaba la independencia del diario, y tras un enfrentamiento con el director del diario, Juan Luis Cebrián, no solo dimitió Pradera de su cargo sino que abandonó el diario. Volvió a escribir en él como columnista un año después.

Treinta años más tarde, el pasado 29 de septiembre, ese mismo diario publicó un editorial que causó el enfado de muchos de sus lectores, no ya por la toma de posición en su apoyo a un gobierno de Rajoy, sino por el tono canallesco y las descalificaciones al Secretario General electo del PSOE. Un artículo que no podría haber superado el periodista Jiménez Losantos  en alguno de sus días más furibundos.
Consideraba el autor –o autores- de ese texto panfletario como “imprescindible” la dimisión de Pedro Sánchez, un SG elegido por miles de votantes socialistas; pero lo más lamentable radicaba en  los insultos groseros que lanzaron sobre él, tachándole de cobarde, sectario, “populista”, “insensato sin escrúpulos”, seguidor de una “hoja de ruta insensata” y que había “mentido sin escrúpulo (sic)”.
El mismo editorial propugnaba la creación de una gestora; hecho que se produjo días después.

 Ya haya sido Cebrián, Rubalcaba, el director Antonio Caño o cualquier otro esbirro de ese medio el autor de ese editorial panfletario e insultante, la responsabilidad recae sobre todos ellos, pero preferentemente sobre el director, Caño. Ese tipo que se presentó ante el Comité de Redacción de El País, que le había pedido explicaciones sobre ese desafuero, y al que despachó en apenas un minuto, espetándoles que no aceptaba ningún debate sobre la línea editorial y que él era el único responsable de ella.
¿Acaso se ha preguntado cualquiera de esos fulanos, quién les ha elegido a ellos para promover y descalificar gobiernos de España

El titular de infoLibre de hoy (20-Oct) que encabeza el post recoge parte del contenido de las cartas que Caño ha enviado a los lectores que han dado de baja sus subscripciones como protesta por el editorial. En su carta admite  que movido por “la pasión”, “el tono empleado” al defender la línea editorial de El País “ha podido a veces no ser el más adecuado”.

Y uno se pregunta cómo puede el transcurso de los años degenerar de esa forma el sentir democrático de la gente. Treinta años separan  a J. L. Cebrián de ambos comunicados:

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¡De adalid de la democracia a golpista!.
Debería considerar este fulano, al menos como miembro de la Real Academia de la lengua que el diccionario de esa institución califica determinados adjetivos como; desp., o malson. , es decir como despectivo y malsonante. Y, by the way, ¿que pinta un tipo que no ha escrito nunca dos palabras consonantes en ese templo del saber lingüístico?

En cuanto a Antonio Caño, pues bueno, ya sabemos mucho más por lo salido de su boca. En octubre de 2015, en una conferencia en el Foro de la Nueva Comunicación, junto a Juan Luis Cebrián, afirmó que no le gustaba hablar de política ¡Vaya, como a Franco!
Y en marzo de este año, Caño reunió a la plantilla del periódico para hacer una declaración de intenciones sobre el futuro del mismo: abandonar el papel. Probablemente el motivo de su nombramiento dos años antes, sea el de haber nombrado un liquidador de esa institución periodística.

Son esos treinta años los que separan la hidalguía, la bonhomía de Javier Pradera de la de esos mastuerzos. ¿Va a dimitir este fulano? ¡Claro que no, aquí no dimite ni dios!
Y ¿qué me dicen de Rubalcaba , recién llegado al consejo editorial de El País, ¿va a dimitir de ese cargo? Ni soñarlo, su apego a la patria, a la Iglesia y al desgobierno del tonto del haba en funciones se lo impide. Debería hacerlo aunque solo fuera por empatía, él también fue, por desgracia para todos, Secretario General del PSOE.

 
 

Ayer (19 Oct) numerosos estudiantes han boicoteado la presencia de Felipe González y Juan  Luis Cebrían en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid. ¿Qué pretendía ese par de conversos al neocapitalismo feroz?

Todos han criticado el radicalismo de los estudiantes, pero acaso ho ha sido más violento el contenido del panfleto que el perióco de Cebrián publicó?

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Distinto tratamiento el ofrecido un día después a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena:

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¡El PSOE prevalecerá sobre el grupo PRISA!
¡No es NO!

JGM