viernes, 3 de julio de 2015

El PP versus Cuba

La insignificancia, la abulia, y la falta de talla política del presidente Rajoy junto con su vasallaje al temido Aznar le incapacita plenamente para dirigir lo que malgré lui es un estado importante en el marco de la OCDE.
Esta primavera, el presidente Obama decidió acabar con el absurdo arrinconamiento de Cuba, un estado situado a  150 kilómetros de EE.UU, y procedió a reanudar las relaciones diplomáticas con la isla.

Nada más enterarse el presidente francés Hollande salió disparado a abrazar a Raúl Castro, a quien seguro hablaría a través de un intérprete.  Sin embargo el enclaustrado presidente del Gobierno español, que no se atreve ni a hablar en directo a sus propios partidarios, se quedó amagado en su madriguera, de la que aparentemente solo lo sacarán los electores el próximo Noviembre.
 
Con la cobardía política que le caracteriza, Rajoy, en Noviembre pasado, envió a La Habana al ministro García-Margallo, ¿a qué? a hacer el ridículo. A pesar de todas las presiones y de que el canciller español hubiera reservado la audiencia en su agenda, el líder cubano se negó a recibirlo, entrevista que sin embargo concedió cuatro meses más tarde a José Luis Rodríguez Zapatero y a quien fuera su ministro de Exteriores, Miguel Á






ngel Moratinos;  una visita que ocasionó una rabieta a nuestro actual canciller, ¡vaya, un ataque de celos!. Según dijo el ministro José Manuel García-Margallo, “se trata de un «acto de deslealtad» y «un ejemplo de inoportunidad».
¡Que risa!

¿Por qué Rajoy se queda en su agujero? Pues lo más probable es que su mentor, el cretino de las Azores no le permita viajar, como no permitió en su día al Rey Juan Carlos ir a ver su primo Hassan II a Marruecos, ni tampoco visitar  Cuba.

Es curioso lo poco que sabemos sobre lo que tenía dentro del cráneo el sátrapa Franco, probablemente no había gran cosa salvo bajos instintos, pero llama la intención que a pesar de su anticomunismo visceral sintiera una aparente simpatía o condescendencia hacia Fidel Castro.  Nunca llegó a romper las relaciones diplomáticas con Cuba a pesar de las presiones de los EE. UU. y a que su embajador en La Habana, el marqués Juan Pablo de Lojendio, creó un incidente diplomático al irrumpir inopinadamente en los estudios de televisión donde se celebraba una reunión en la que participaba el líder político cubano.  
Las relaciones diplomáticas estuvieron congeladas durante diez años, pero no hubo ruptura.
Fraga hizo una visita oficial a Cuba en 1991 y Fidel Castro fue su anfitrión. Al año siguiente, Fidel devolvió la visita y estuvo alojado en Galicia, donde Fraga, a la sazón presidente de la Xunta, le homenajeó fraternalmente. 
¿Por qué no va este otro gallego a Cuba? Bueno, aparte de la presunta prohibición de Aznar, está claro que las relaciones Castros- PP no son nada cordiales.
En 1998, el chulín Aznar le espetó a Fidel “Mueve ficha”, Castró comentó posteriormente que «hubo un caballerito que como en un tablero de ajedrez me dijo que si Cuba movía fichas, ellos movían fichas y yo le dije que el destino de un país no se juega en un tablero de ajedrez»
Más tarde se refirió a Aznar en Granma como ese “caballerito del bigotito tipo Führer”.
Aquellos incidentes frustraron la visita del rey Juan Carlos a la inauguración del Centro Cultural Español en La Habana.

El último suceso, esta vez más serio ya que hubo víctimas mortales, sucedió el 22 de julio de 2012 cuando el Secretario General de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Madrid fue detenido en Cuba tras un accidente de tráfico en el que murieron Oswaldo Payá (un conocido activista opuesto al gobierno cubano) y Harold Cepero. Ángel Carromero (el conductor) y el dirigente de la Juventud Cristiano Demócrata de Suecia, Aron Modig, solo resultaron heridos.
El conductor homicida tenía suspendido su permiso de conducir en España por acumulación de faltas de tráfico.
El 15 de octubre el Tribunal Provincial de Bayamo dictó la condena de cuatro años de prisión. Carromero no recurrió la sentencia quizá para no interferir en las negociaciones diplomáticas entre Cuba y España con el fin de su repatriación.

El asunto siguió irritando a los cubanos por las declaraciones incendiarias de Esperanza Aguirre y, posteriormente del propio Carromero a la prensa norteamericana insinuando un complot. La expresidenta de la Comunidad de Madrid actúo con su habitual facundia, demagogia, cinismo e irresponsabilidad política. Quizá se sintió solidaria con ese delincuente por haber cometido ella, presuntamente,  un delito similar en las calles de Madrid, bien que esta vez sin víctimas.
A finales de febrero de 2014, la Audiencia Nacional dio por bueno y válido el juicio celebrado en Cuba contra Carromero, donde fue condenado por homicidio imprudente.
Carromero estuvo un tiempito en la cárcel de Segovia, donde iba a verlo la Aguirre clamando por un indulto, y pronto lo soltaron y se lo endilgaron a Ana Botella como “asesor” en el Ayuntamiento de Madrid. Imaginamos que no en el Área de Tráfico.

El turismo es la principal industria española: crea el 12% del empleo, contribuye al 10.9% del PIB, genera el 12% del empleo y recibe alrededor de 65 millones de turistas, siendo el tercer país más visitado. Se sitúa por delante de la industria automovilística (10%) PIB,  con la gran diferencia de que es una industria autóctona mientras que las marcas de los automóviles son extranjeras. 

Madrid ha sido esta primavera sede de  la Cumbre Mundial del Turismo, lo que muestra la importancia española en ese sector, por algo España ha sido la pionera en establecerse en la isla superando las dificultades de la ley Helms-Burton que bloqueaba el comercio con Cuba.
Llama la atención que ese sector comercial tan importante no inste a Rajoy a perder sus miedos e ir a Cuba, o, al menos, dejar que vaya el Rey o su padre; bien, que esos antecedentes no puede parecer tan extraño que Rajoy no se atreva siquiera a pedir un visado para Cuba –parece que ya estuvo allá alguna vez de incógnito, vaya usted a saber a qué-.
En cualquier caso, la actuación política de Rajoy siempre tendrá su coartada. Basta con ver a sus vigilantes: Aznar, Aguirre, etc. y a sus asesores próximos: Floriano, Arenas, Cospedal… o a su sociólogo de guardia, Arriola, el que le manuscribe una nota a Bárcenas para que le pague “tanto” en blanco con IVA y “tanto” en negro (sin IVA).

Julio G. Mardomingo


jueves, 2 de julio de 2015

“Zampasobres contrataka”

 “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo.
 Puedes engañar a algunos todo el tiempo,
pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.
(Benjamín Franklin.)

Parece que le ha dolido a esa nulidad política, no ya perder dos millones y medio de votos, sino tener que aguantar las críticas de sus compinches, de los que han visto cortado el grifo del maná, de los que han tenido que desalojar el agujero por el que sacaban la mano para esquilmar el erario público. Notorias son las recientes recriminaciones de Aznar a Rajoy que nos recuerdan  las del payaso listo al payaso tonto en el circo. Incluso aparecía en la prensa de ayer (1/6/2015) un informe demoledor de su think tank FAES sobre el reciente aumento de la desigualdad en España.
Es ese homme d’état, el tonto, quien espetó al líder de la oposición: "No vuelva usted aquí, ha sido patético", como si el Parlamento fuera su casa: en realidad piensan que lo es, su coyunda con los curas les hace pensar que sus cargos son de derecho divino.  Ahora le acusa a Sánchez de ser extremista y de izquierda radical”; y en el estilo chulesco de aquel falangista que le nombró a dedo le dice: “que no se le puede tomar en serio” como si alguien pudiera tomar en serio los embustes de ese majadero.

¿Igualdad de oportunidades?
 
La igualdad de oportunidades es solo uno de los cantos de sirena con los que el capitalismo ha venido tratando  de insuflar esperanza en la existencia de los menos favorecidos: la mayoría. Ni siquiera es cierto que todos los humanos nazcan iguales: desnudos sí, faltaría más, pero unos nacen en clínicas de lujo y otros debajo de una higuera, donde se les corta el cordón con una piedra.

Esa igualdad es una utopía que solo aparece como real  en los primeros tiempos de las revoluciones. Los privilegios son acumulativos y heredables. Lo sabe muy bien la derecha de este país que siempre utilizó la política como una coartada para enriquecerse  a costa del resto de los ciudadanos y perpetuar, así, su dominación a través de sus descendientes. Lo saben bien todos esos "grandes de España" que desde el siglo XVI se apoderaron de  las tierras más fértiles del país. 
En la triste historia de este país, el nuestro malgré nous, todos los que robaron en el franquismo han proseguido su latrocinio a lo largo de 20 años; gente que entendió lo del “atado y bien atado” como “santa Rita, Rita, lo que robamos no nos lo quitan”. Esa banda que  bajo la apariencia de un partido político solo trata de apandar todo el dinero público posible que les servirá a ellos y a sus descendientes para eternizar su dominación sobre los que viven de su trabajo, eso cuando los últimos consiguen un empleo.
Es la corrupción generalizada de esos fulanos que ya partieron con gran ventaja en la línea de salida de la Transición y que han seguido amarrando las posiciones más ventajosas.
¿Puede alguien creer que todos esos apellidos tan conocidos sean los de la gente más “inteligente” del país? Todos esos individuos que “aprueban brillantemente”  las oposiciones a fiscal, juez, notario, registrador de la propiedad, etc. para desde ahí ocupar cargos bien remunerados o bien dedicarse a la política “para forrarse” como diría uno de aquellos gángsters de Valencia, la comunidad donde no han dejado euro sobre euro.
 Una de las muestras más notorias de la derecha española en su afán de mantener el control político y social es su dominio del  Poder Judicial, una institución caracterizada por su conservadurismo. El asunto empieza con los “preparadores”, jueces jubilados que hacen la primera criba de los candidatos a la judicatura de acuerdo con sus indicios ideológicos, y luego viene el tribunal, que juzga según el mayor subjetivismo, sin ninguna pauta clara, y que naturalmente reconoce los apellidos en cuando los lee…¡hoy por ti, mañana por mí!
El ideal de esa gente sería que solo los suyos pudieran acceder a la enseñanza superior, de ahí las medidas de ese repelente ministro de Educación recortando la Enseñanza pública y sustituyéndola por costosos masters.  Si pudieran intentarían algo como lo que pretendían los nazis en los territorios sometidos del este europeo: que los niños más pobres solo conocieran las cuatro reglas y llegaran hasta poder firmar (sorry, Godwin).

¿Movilidad social?


Nada más falso que el “sueño americano”, un mito mantenido a base de casuística, y que sobre todo a partir de la globalización ha perdido toda credibilidad: los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más desesperados en su pobreza.
No hay nada en esa falacia que la relacione con el crecimiento económíco: los impuestos que dejan de pagar los ricos son un inmenso capital improductivo que solo sirve para que aumenten su riqueza personal y aseguren la holganza y la dominación a sus tataranietos. Una falsedad demostrada en los informes de la OCDE, que estima que la creciente desigualdad ha reducido la riqueza general en casi cinco puntos en los últimos 20 años.

¿Cuánta miseria y cuánta desesperación ha causado el neoliberalismo del actorzuelo Reagan y la maléfica Thatcher?
La teoría económica del  primero basada en el efecto trickle-down, es tan vieja como la Biblia (el efecto Mateo), y puede tener su gracia en la Sociología de la moda: los caros diseños de la alta costura acaban copiados y vendidos en las tiendas Walmart a las clases más bajas.
Pero solo es la ilusoria  teoría que Galbraith bautizó como del “caballo y el gorrión”: Un caballo bien alimentado dejará en los caminos boñigas con suficientes granos de avena sin digerir como para que se alimenten los gorriones.
Un político socialdemócrata neozelandés lo definió como “los ricos meando sobre los pobres”, otra escatología que ya tuvo su realidad en el Imperio romano, en el que los esclavos bebían los orines de los invitados a los banquetes para poder degustar el sabor de las amanitas cesáreas. 

No menos cínica y perniciosa fue la aplicación de esas teorías en el Reino Unido por la señora Thatcher. Esa mujer, nacida en el seno de una clase media baja -sus padres eran tenderos- descubrió repentinamente que las sociedades no existían, que solo había individuos, lo que no le impidió enunciar el concepto de la sociedad de los dos tercios:
   Una sociedad en la que el primer tercio nada en la opulencia, y sus miembros no tendrán que preocuparse jamás por su bienestar, ni ellos ni sus descendientes a lo largo de los siglos,
   Los ciudadanos del  segundo tercio: funcionarios, profesionales, cuadros, comerciantes, etc.  solían considerarse seguros en su posición social, sin  temor a caer en la indigencia. Sin embargo, la larga crisis actual ha acelerado la pérdida de renta y seguridad de gran parte de ese sector, al que el Banco Mundial considera ya como “clases vulnerables”

   El último tercio representa la inseguridad, el sufrimiento y el crujir de dientes. Volviendo a los ejemplos escatológicos, sus miembros están sumergidos en la mierda, y como los condenados del canto XVIII de la Divina Comedia no saldrán nunca de ella.  Ni ellos ni sus hijos, que nacen con un gran handicap que les imposibilita el ascenso social. Las clases sociales no son esos espacios intercambiables que definía así el economista conservador Joseph Schumpeter “Son como los hoteles o los autobuses, que siempre están llenos, pero de gentes dlstintas”. No, se trata de  estamentos estancos. Gente que sabedora de su fatalidad ni siquiera se acerca a las urnas en días de elecciones.


Puede que esos beneficios libres de impuestos de los que se benefician los poderosos les sirvan para comprarse un  yate mayor. En el caso de que sean las compañías quienes los ahorran les servirán para aprovechar el progreso tecnológico reinvirtiéndolo en nueva tecnología,  lo que redunda en la sustitución de trabajadores o, en el caso mejor, en la descualificación de estos, que quedan sumergidos en el sector servicios como camareros, conductores o reponedores de supermercados.                                                                                        (Quede tranquilo Arias Cañete, que ya vuelve a haber camareros como los de antes. Ahora puede que le sirva el cafelito un doctor ingeniero o un arquitecto).
Datos recientes de  la escuela de negocios Eada y la consultora ICSA sirven para constatar la creciente disolución de la clase media. "Estamos ante una clara tendencia a la polarización: la subida de los directivos choca con la caída del resto, dos segmentos en los que los sueldos se equiparan por la parte baja, donde la tendencia es a la homogeneización; mientras los que más ganan, ganan cada vez más y además rompe la tendencia de estar por debajo del aumento del IPC" señala el informe.

En cualquier país de la OCDE el salario mínimo es insuficiente para cubrir las necesidades elementales, para salir de la pobreza.
Y que decir de nuestro país, donde las leyes laborales impuestas por esa “calamidad” de gobernante intenta disimular la caída del empleo bajo su mandato manipulando las cifras: un licenciado en cualquier disciplina  firma un contrato de tres horas para servir una cena en un restaurante y es un parado menos para ese bribón –luego le hacen quedarse a lavar los platos por el mismo precio y si no acepta no lo llaman más-.  A pesar de todos esos contratos por horas, la tasa de paro es histórica según la EPA; y a mayo de 2015 la población por debajo del umbral de pobreza era del 22% (más de diez millones de personas; una cifra que se eleva al 45% en el caso de los parados) (Fuente: Eurostat e INE).                                                                                                                El riesgo de exclusión social (que incluye la baja intensidad laboral y la carencia material) afectaba ya al 29%.  
El 25% de los nuevos contratos (los que rebajan las cifras de paro de esos trileros) dura menos de una semana , el incremento de los contratos de siete días o menos han crecido un 48% para los de jornada completa, el salto ha sido del 123% para los de empleos por horas. Todo ello hace que los afectados vivan en un régimen de provisionalidad sin días libres ni bajas y a la espera de un WhatsApp. Un trabajador multifacético gallego, relataba  en El País (21/6/2015)  que había tenido 130 contratos en dos años

   Antes de la entrada del SPD en el Gobierno alemán, los minijobs (contratos de 20 horas semanales) sirvieron para rebajar las cifras del paro. Los minitrabajadores ganaban cinco euros por hora. Una de las condiciones de los socialdemócratas para entrar en el Gobierno de Merkel fue el establecimiento del salario mínimo en 8.50 euros por hora, aumento que según los agoreros recortaría en un millón los empleos, pero que por el contrario sirvió para crear 275.000 nuevos puestos de trabajo en un año.
Recordemos que en  España el salario mínimo es de 3.91 euros.
Aviso a navegantes: la socialdemocracia será la misma mierda que el PP, según dicen algunos neoanguitistas, pero miren las cifras del párrafo anterior: la subida del SMI en Alemania fue del 70%.

Julio G. Mardomingo