La
insignificancia, la abulia, y la falta de talla política del presidente Rajoy
junto con su vasallaje al temido Aznar le incapacita plenamente para dirigir lo
que malgré lui es un estado importante en el marco de la OCDE.
Esta
primavera, el presidente Obama decidió acabar con el absurdo arrinconamiento de
Cuba, un estado situado a 150 kilómetros de EE.UU, y procedió a
reanudar las relaciones diplomáticas con la isla.
Nada
más enterarse el presidente francés Hollande salió disparado a abrazar a Raúl
Castro, a quien seguro hablaría a través de un intérprete. Sin embargo el
enclaustrado presidente del Gobierno español, que no se atreve ni a hablar en
directo a sus propios partidarios, se quedó amagado en su madriguera, de la que
aparentemente solo lo sacarán los electores el próximo Noviembre.
Con
la cobardía política que le caracteriza, Rajoy, en Noviembre pasado, envió a La Habana al ministro
García-Margallo, ¿a qué? a hacer el ridículo. A pesar de todas las presiones y de
que el canciller español hubiera reservado la audiencia en su agenda, el líder
cubano se negó a recibirlo, entrevista que sin embargo concedió cuatro meses
más tarde a José Luis Rodríguez Zapatero y a quien fuera su ministro
de Exteriores, Miguel Á
ngel Moratinos; una visita que ocasionó una rabieta a nuestro actual canciller, ¡vaya, un ataque de celos!. Según dijo el ministro José Manuel García-Margallo, “se trata de un «acto de deslealtad» y «un ejemplo de inoportunidad».
¡Que
risa!
¿Por
qué Rajoy se queda en su agujero? Pues lo más probable es que su mentor, el
cretino de las Azores no le permita viajar, como no permitió en su día al Rey
Juan Carlos ir a ver su primo Hassan II a Marruecos, ni tampoco visitar
Cuba.
Es
curioso lo poco que sabemos sobre lo que tenía dentro del cráneo el sátrapa
Franco, probablemente no había gran cosa salvo bajos instintos, pero llama la
intención que a pesar de su anticomunismo visceral sintiera una aparente
simpatía o condescendencia hacia Fidel Castro. Nunca llegó a romper las
relaciones diplomáticas con Cuba a pesar de las presiones de los EE. UU. y a
que su embajador en La
Habana , el marqués Juan Pablo de Lojendio, creó un incidente
diplomático al irrumpir inopinadamente en los estudios de televisión donde se
celebraba una reunión en la que participaba el líder político cubano.
Las
relaciones diplomáticas estuvieron congeladas durante diez años, pero no hubo
ruptura.
Fraga
hizo una visita oficial a Cuba en 1991 y Fidel Castro fue su anfitrión. Al año
siguiente, Fidel devolvió la visita y estuvo alojado en Galicia, donde Fraga, a
la sazón presidente de la
Xunta , le homenajeó fraternalmente.
¿Por
qué no va este otro gallego a Cuba? Bueno, aparte de la presunta prohibición de
Aznar, está claro que las relaciones Castros- PP no son nada cordiales.
En
1998, el chulín Aznar le espetó a Fidel “Mueve ficha”, Castró comentó
posteriormente que «hubo un caballerito que como en un tablero de ajedrez
me dijo que si Cuba movía fichas, ellos movían fichas y yo le dije que el
destino de un país no se juega en un tablero de ajedrez»
Más
tarde se refirió a Aznar en Granma como ese “caballerito del bigotito
tipo Führer”.
Aquellos
incidentes frustraron la visita del rey Juan Carlos a la inauguración del
Centro Cultural Español en La
Habana.
El
último suceso, esta vez más serio ya que hubo víctimas mortales, sucedió el 22
de julio de 2012 cuando el Secretario General de Nuevas Generaciones del
Partido Popular de Madrid fue detenido en Cuba tras un accidente de tráfico en
el que murieron Oswaldo Payá (un conocido activista opuesto al gobierno
cubano) y Harold Cepero. Ángel Carromero (el conductor) y el dirigente de la Juventud Cristiano Demócrata
de Suecia, Aron Modig, solo resultaron heridos.
El
conductor homicida tenía suspendido su permiso de conducir en España por
acumulación de faltas de tráfico.
El
15 de octubre el Tribunal Provincial de Bayamo dictó la condena de cuatro años
de prisión. Carromero no recurrió la sentencia quizá para no interferir en
las negociaciones diplomáticas entre Cuba y España con el fin de su
repatriación.
El
asunto siguió irritando a los cubanos por las declaraciones incendiarias de
Esperanza Aguirre y, posteriormente del propio Carromero a la prensa
norteamericana insinuando un complot. La expresidenta de la Comunidad de Madrid
actúo con su habitual facundia, demagogia, cinismo e irresponsabilidad
política. Quizá se sintió solidaria con ese delincuente por haber cometido
ella, presuntamente, un delito similar en las calles de Madrid, bien que
esta vez sin víctimas.
A
finales de febrero de 2014, la Audiencia Nacional dio por bueno y
válido el juicio celebrado en Cuba contra Carromero, donde fue condenado por
homicidio imprudente.
Carromero
estuvo un tiempito en la cárcel de Segovia, donde iba a verlo la Aguirre clamando por
un indulto, y pronto lo soltaron y se lo endilgaron a Ana Botella como “asesor”
en el Ayuntamiento de Madrid. Imaginamos que no en el Área de Tráfico.
El
turismo es la principal industria española: crea el 12% del empleo, contribuye
al 10.9% del PIB, genera el 12% del empleo y recibe alrededor de 65 millones de
turistas, siendo el tercer país más visitado. Se sitúa por delante de la
industria automovilística (10%) PIB, con la gran diferencia de que es una
industria autóctona mientras que las marcas de los automóviles son extranjeras.
Madrid
ha sido esta primavera sede de la Cumbre Mundial del Turismo, lo que
muestra la importancia española en ese sector, por algo España ha sido la
pionera en establecerse en la isla superando las dificultades de la ley
Helms-Burton que bloqueaba el comercio con Cuba.
Llama
la atención que ese sector comercial tan importante no inste a Rajoy a perder
sus miedos e ir a Cuba, o, al menos, dejar que vaya el Rey o su padre; bien,
que esos antecedentes no puede parecer tan extraño que Rajoy no se atreva
siquiera a pedir un visado para Cuba –parece que ya estuvo allá alguna vez de
incógnito, vaya usted a saber a qué-.
En
cualquier caso, la actuación política de Rajoy siempre tendrá su coartada.
Basta con ver a sus vigilantes: Aznar, Aguirre, etc. y a sus asesores próximos:
Floriano, Arenas, Cospedal… o a su sociólogo de guardia, Arriola, el que le
manuscribe una nota a Bárcenas para que le pague “tanto” en blanco con IVA y
“tanto” en negro (sin IVA).
Julio
G. Mardomingo