lunes, 21 de diciembre de 2020

Tres fascismos para un reino

 

Por mucho que algunas partes de este Estado fallido intenten equiparse al occidente europeo, lo tienen difícil. Muy difícil, cuando la más alta magistratura, hablo de la Jefatura del Estado, lleva cerca del medio siglo siendo el hazmerreír de la prensa  mundial por su corrupción y chusca trayectoria.

 Pero quizá más trascendente sea la carencia de una derecha civilizada como las europeas  o las que gobiernan en  Catalunya o Euskadi.

 Aquí las tres derechas que se asocian para gobernar donde pueden, dejan mucho que desear desde un punto de vista democrático.

Por un lado, un fascismo puro y duro representado por ese fulano del caballo y la pistola que reivindica el franquismo como esencia de gobiernos.

 Le sigue de cerca un parafascismo del pillo del máster exprés que comanda esa asociación de malhechores -tal como dictara un juez-, y que a corto plazo va a volver a acaparar los banquillos de los juzgados. Un sujeto que, quizá por su breve paso por la enseñanza reglada, basa su ideario político en negar continuamente al contrario, sin la menor iniciativa creativa.

Y, por último, el criptofascismo de la líder de un partido indefinido decadente, pero efectivo en cuanto a ceder sus escaños a los otros dos.

Las derechas de este desdichado país han tenido siempre a bien demonizar cualquier intento separatista, pero por una vez desde la agonizante Transición goza el país de un Gobierno estable, apoyado en sus proyectos de ley y en sus presupuestos por una variedad de partidos nacionalistas de derechas y de izquierdas. Catalanes, vascos, navarros, cántabros y turolenses aprueban y o participan en ese comunión progresista. Es esa unión nacional la que más irrita al  fascismo neofranquista, que no cesa de torpedear cualquier intento de modernizar la sociedad, alabando a ese lastre de curas tridentinos, viejos  militares africanistas y jueces torticeros golpistas.

Esas tres derechas, más propias de la primera mitad del siglo anterior, no son aún capaces de reconocer la legitimidad del Gobierno más interterritorial que ha habido nunca en este país. No reconocen que han sido los votantes los que les marginado en las urnas, quizá esos 25 millones de españoles que la carcundia africanista gustaría fusilar, ese residuo franquista a los  que el fulano de la pistola considera  “de los suyos”.

JGM

  

 

jueves, 26 de noviembre de 2020

¡¡Ha muerto Maradona!!


¡Ha muerto Dios!

Los argentinos lloran lágrimas a raudales.

Le conceden honores de hombre de Estado y velan el catafalco en la Casa Rosada.

Nunca había habido un duelo así, ni cuando Gardel, Perón o Evita.

¡Pues, qué bien! Allá ellos

 Confirman que Diego Maradona será velado en la Casa Rosada

Porque, vamos a ver: J. D. Maradona fue un futbolista nacido en una arrabal bonaerense, que manejaba muy bien el “cuero” con su pierna izquierda: no tan bien con la cabeza, porque era un poco petiso; y que en una final memorable metió un gol con la mano, y dijo que fue la “mano de Dios”; y después, uno más, con el píe.

 Una final a la que aparentemente llegó la selección argentina tras una serie de bribonadas y sobornos del entones general torturador y asesino Jorge Rafael Videla.

La trayectoria posterior del futbolista dejó, desde un punto de vista moral, un poco que desear. Murió prematuramente con los vasos sanguíneos tapizados de “farlopa”.

 Pero ¿Qué pasa en este Estado fallido? En el de aquí. Otro que tal baila.

Pues que los cretinos que manejan los noticieros de TV1, dedican en una y otra sus “prime time”, noche tras día, a la leyenda de este “héroe” del siglo XX, en unos cargantes y vomitivos  reportajes.

Bien está que esto nos salva un poco de ver cómo la televisión pública le da cámara a ese par de esperpentos del pasado: a ese pícaro sevillano, el hermano de Juan Guerra; que los dos parecen salidos de la novela de Mateo Alemán “Guzmán de Alfarache” .Juan Guerra, escoltado por agentes en la Audiencia de Sevilla

O al otro sevillano, que demuestra en su ocaso que hubiera podido ser un individuo perfectamente intercambiable en aquel maremágnum de la Transición.

 Otra perdedora en este boom futbolístico ha sido la señora Arrimadas, que apenas ha robado cámara con “no” a los presupuestos de los que quieren romper España.

En realidad, la heredera del “cinturón sanitario” de aquel vividor no sabía qué  hacer con sus votos residuales ante los presupuestos:

¿Dárselos a Sánchez con unas condiciones que el otro apenas  iba a aceptar, dado su amarre?

¿Abstenerse?  que como dijo no sé quién, era como besar a tu hermana.

¿Votar que no? que era lo que pedía el cuerpo.Dónde pone la mano Rivera? El inapropiado gesto con Arrimadas alborota la  red

 

Volviendo al fútbol.

No sé qué va a pasar cuando se muera el mítico futbolista Pelé,

Quizá lo entronicen en el Cristo Corcovado, y hagan de Bolsonaro su profeta.

 

JGM

 

 

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lunes, 16 de noviembre de 2020

El submarino de TV1 contra Sánchez


Nos preguntábamos en la entrada anterior qué a quién se le ocurrió, en el prime time de la televisión  pública, sacar al señor Rivera para que criticara al Gobierno que preside Sánchez. Un político retirado por las urnas, un loser de la política.

Hoy le ha tocado cuota de pantalla a Alfonso Guerra, ese pícaro sevillano del que en su último libro[i] Jorge Semprún dijo que el “aparato guerrista”era: "Un discurso populista de izquierdas que permitía adornar y ocultar una práctica autoritaria y clientelar, desprovista de principios estratégicos y éticos, pero suministradora de puestos y de prebendas"[ii].

 Fue vicepresidente del Gobierno (8 años), vicesecretario general del PSOE (18 años) y diputado en el Congreso (27 años), el más veterano, aunque en las últimas  legislaturas era  un convidado de piedra. Decía que hubiera preferido la docencia a la política, aunque, que se sepa no tenía ningún título universitario.

Le sobraba megalomanía y la soberbia del que cree que ha llegado ahí por sus grandes méritos. En una ocasión a la vuelta de un puente intentó saltarse la larga caravana de coches y fue abucheado por los demás conductores. Iracundo se dio la vuelta y pidió un avión para que le llevaran a Sevilla.

 Digamos que fue el protocorruptor de la Democracia. Le montó un despacho a su hermano Juan –un vendedor de biblias a domicilio- dentro de la Junta a costa del erario público y con el consiguiente tráfico de influencias, chiringuito en el que Juan medró hasta que se descubrió un pastel que todos olían.

Acorralado por la derecha tuvo que acudir al Parlamento, donde mostró un maletín  diciendo que tenía basura para dar y tomar. Recibió la dura respuesta de Rosa Aguilar y sobre todo de Nicolás Sartorius - ambos en el PCE a la sazón-, que le preguntó si esos “documentos” se los daba la policía´. Pocos meses después tuvo que abandonar los cargos.

No es extraño que lo alabe Xavier García Albiol en sus twitters.

 Igual de notoria es la aparición en el medio público de los barones socialistas de la España menos desarrollada –Susana Díaz permanece más discreta, quizá porque su cargo en el PSOE andaluz pende un hilo.

Tres Comunidades gobernadas durante casi 40 años por los socialistas y donde los datos económicos siguen siendo espeluznantes. Trayectoria que haría buena la teoría de Milton Friedman, que sostiene que las economías subsidiadas no levantan nunca cabeza.

Sí señor, al presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page - 33 años viviendo la política en Castilla La Mancha, ¡se dice pronto!- no le gusta que a Bildu le parezcan bien los presupuesto; preferiría a Ciudadanos o, quizá, al PP de Casado.

Otro opositor a Sánchez es el antiguo militante de Alianza Popular, Guillermo Fernández Vara. Este hombre rechaza que se compare a Bildu con el PP.                                       Pues mire usted, Sr Page. Bildu es un partido legal, que no tienen ningún contencioso penal, mientras que el PP es una “asociación de malhechores” (un juez dixit) que tiene un marrón en estos momentos, que ríase usted de la mafia y de Al Capone. Hablo de la operación Kitchen y todos los autos separados. Hablo de aquel funesto ministro, de sus superiores y demás compinches.

 Y no menos importantes, aunque si más inocuas - el personal ya sabe de qué va- son las apariciones de ese estudiante acelerado de carreras y masters, el Sr. Casado, el que vuelve a sacar a los muertos a la tele y si embargo pacta con Bildu cuando políticamente le conviene.  El sujeto que cuando le recuerdan las hazañas mencionadas ut supra, mira para otro lado y dice que él no estuvo allí.

  



[i] Jorge Semprún “Federico Sánchez se despide ustedes”

[ii] Cit. de Carlos Prieto “El Confidencial” (09/02/2019)