domingo, 24 de septiembre de 2017

De la "Corona"




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En  la última novela de Javier Marías, “Berta Isla”, un curtido espía inglés le dice a su catecúmeno español que lo que han hecho los españoles tradicionalmente es “otorgar el mando a absolutos incapaces, una inveterada costumbre que aún persiste: ese dictador vuestro (Franco) es un inepto, solo que lo disimula con fiereza, como todos”; para añadir que sin su ayuda (la inglesa) en la Guerra peninsular de Independencia contra Napoleón, seguiríamos invadidos.
Pero un siglo antes ya lo había dicho Bismarck:  
"Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido".
Veamos: Los dos hombres políticamente más poderosos de España son el Jefe del Estado y, en segundo lugar, el Presidente del Gobierno.

Empecemos por el primero:
La Constitución (Art. 56.1) dicta: “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones…” (Negritas mías).
¿Qué arbitra o modera esta Majestad?
Veamos antes de nada cuáles son esas Instituciones:

Presidencia del Gobierno. La institución ejecutiva por excelencia, que para muchos es la cobertura de una banda de delincuentes, algunos en prisión y otros a punto de entrar en ellas; con un Presidente bajo sospecha de recibir ingresos irregulares y presumiblemente ilegales que se aferra a su poltrona para evitar males mayores y se niega a dar explicaciones claras de su gestión y de sus ingresos.
Pero de su actual presidente hablaremos en otro apartado.

Tribunal Constitucional. Una institución que a pesar de las legitimidades e incompatibilidades que dicta la Constitución  está ahormada a medida de los deseos del presidente Rajoy y de su partido, y por la que pululan, o lo han hecho, taurófilos, beodos, antiabortistas, catalanófobos…, con un presidente que lejos de la obligada imparcialidad ha sido miembro de cuota del partido del Gobierno, con funciones directivas dentro de él, y cuyo nombramiento corresponde al Rey, bien que a petición de parte.
Hace apenas dos años el Partido Popular  presentó por sorpresa una propuesta de reforma para que el Tribunal Constitucional tuviera nuevas atribuciones y pudiera sancionar a quienes incumplieran sus sentencias. La medida fue presentada en el Congreso por el candidato Xavier García Albiol , un conocido extremista anticatalanista del PP, con el fin último de 
coaccionar y perseguir cuasi penalmente a los dirigentes independentistas.
Las tremendas multas recuerdan las que cualquier tipo de policía en los tiempos de Franco imponía a los ciudadanos por el mero hecho de hablar en euskera o catalán con sus hijos en la calle. Para muchos ¡Puro afán confiscatorio!

Tribunal de Cuentas. Una institución que, según el Artículo 136.1,  el supremo órgano fiscalizador de las cuentas y de la gestión económica del Estado, así como del sector público”.(Negritas del blogger.)
¿Qué ha denunciado este tribunal en el gran robo público de los últimos años? ¡Nada de nada!  La Gürtel la denunció un hombre honrado, horrorizado por lo que hacían sus compañeros de partido. Otras denuncias han venido de leaks externos, o porque el dinero robado desbordaba aparatosamente las alforjas.
El Tribunal de Cuentas es un órgano que bien por inepcia, indolencia o por agradecimiento a los partidos que proporcionan un empleo bicoca a sus miembros (siete a propuesta del PP y cinco a propuesta del PSOE), ha estado ausente de los grandes escándalos de la corrupción. Es decir, que por acción u omisión parece haber actuado en connivencia con esa lacra.
La Asociación asturiana Cofpa reclamó hace pocos meses una “explicación pública” de una clara muestra de enchufismo, el de un alto cargo del PSOE de Gijón, y denunció que el Tribunal de Cuentas tiene «una acreditada trayectoria de prácticas de nepotismo y de clientelismo laboral, destapadas por la prensa y condenadas por los tribunales de forma reiterada», con «más de 100 empleados con lazos de parentesco con los altos cargos del Tribunal y con representantes sindicales del mismo”
Nombres sonoros, desde un hermano de  J. M. Aznar a la ex ministra  Mariscal de Gante, hija de un juez del siniestro TOP franquista. Y entre ese centenar de enchufados figuran cuñados, primos, amantes,… algunos de ellos que sin haber acabado la EGB ocupan puestos responsables de los sistemas informáticos.

El Ministerio Fiscal ejerce sus funciones por medio de órganos propios conformes a los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica y con sujeción, en todo caso, a los de legalidad e imparcialidad” (Constitución Española. Art. 124.2)
El Fiscal General del Estado  será nombrado por el Rey, a propuesta del Gobierno, oído el Consejo General del Poder Judicial. (Art 124.4)
¡Qué decir de un Fiscal General que junto a ministro de Justicia, Rafael Catalá; al Fiscal General del EstadoJosé Manuel Maza; y al fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, fueron reprobados por el Congreso de los Diputados por su presuntaparcialidad en las actuaciones de la operación Lezo.
El fiscal Moix dimitió al frente de la Fiscalía Anticorrupción el pasado 1 de junio tras desvelarse que camuflaba, a través de esa sociedad panameña, la propiedad de un chalet en Collado Villalba.
El actual Fiscal General del Estado archivó las denuncias contra el ex jefe de Anticorrupción l Moix por vulneración del régimen de incompatibilidades al entender que no incurrió en "conducta corrupta" por ser dueño, como sucesor, del 25 % de un inmueble registrado a nombre de una sociedad offshore en Panama, a pesar de que el artículo 57.7 del Estatuto de la Carrera Fiscal señala como incompatible con cargos fiscales "el ejercicio de toda actividad mercantil".

La Justicia
Es flor del día observar cómo el Gobierno manipula a los jueces a su conveniencia, bien procurando “ascensos” a los que parecen mostrarse más severos con sus desmanes de corrupción o, simplemente, desplazándolos a su conveniencia.
Una judicatura conservadora, con muchos miembros del opus dei. que se transmiten generacionalmente a través de un trasnochado y ridículo sistema de selección, en el que un tribunal juzga la lectura de un tema previamente memorizado por unos opositores que se han entrenado “cantando” los temas memorizados tras entrenarse con jueces jubilados que además de ganarse unas pesetillas podrían muy bien “conocer” y quizá recomendar la “pureza” ideológica de los aspirantes.
Sirva como botón de muestra de la legitimidad de esa institución, el anterior Presidente del Tribunal Supremo, cargo que también  ha de prestar  juramento o promesa ante el Rey, y que se vio forzado a dimitir cuando se hizo pública su afición a disfrutar de largos y habituales periplos finisemanales con compañía y a cargo del erario público.
Dentro de la crisis del Estado con  Cataluña parece haber surgido otro un juez estrella: Juan Antonio Ramírez Sunyer. Un juez polémico que en 2015  abrió diligencias contra el entonces director general de los Mossos d’Esquadra, Albert Batlle, por un presunto delito de omisión de perseguir delitos, ya que consideraba que al final de la Copa del Rey del 30 de mayo los silbidos al himno nacional podían considerarse injurias al Rey y ultraje a los símbolos de España.
Todo quedó en nada, al igual que otras causas abiertas por este magistrado, en algunas de las cuales el Estado tuvo que indemnizar a algunos jóvenes ingresados en prisión por orden de este juez de primera instancia.
Pero la actuación más grave de este juez ocurre cuando se hace  cargo de la operación contra responsables de las 'consellerías' de Economía, Hacienda y Exteriores  por organizar el 1 de octubre. El magistrado,  actuando de oficio sin que mediara una solicitud previa del ministerio público ordenó una decena de entradas y registros y la detención de 12 personas, entre ellas el número dos de Oriol Junqueras, Josep María Jové.
Una causa que algunos dicen debería haber conducido el TSJC.
Todo comenzó el pasado mes de febrero, cuando Ramírez admitió una querella de VOX contra Santi Vidal difundió en distintas charlas que tenía todos los datos fiscales de los catalanes, obtenidos de manera ilegal. La querella fue ampliada al presidente del Consejo Asesor para la Transición Nacional, Carles Viver Pi-Sunyer, y al secretario de Hacienda de la Generalitat, Lluís Salvadó.
Es preciso recordar que el partido ultraderechista VOX solo obtuvo en las últimas elecciones generales el 0.2% (46.638) en todo el territorio nacional. Casi la cuarta parte que el partido animalista PACMA.

La Corona
Al comienzo de esta entrada se dijo que la función principal del Jefe del Estado, del Rey, era la de “arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones”
¿Cumple esa función?
Pues, surgen serias dudas cuando según lo expuesto más arriba, esas instituciones o bien están profusamente corrompidas o dejan mucho que desear en cuanto a su transparencia.
Quizá fuera conveniente que la egregia figura del Monarca se sirviera de sus asesores para preguntar por la catadura y antecedentes de los cargos a los que ha de nombrar o aprobar, y en cualquier caso, si alguien le sale “rana”, inquirir al Gobierno por qué le presentó para su nombramiento a algún ministro o alto funcionario que resultó indeseable.  Naturalmente todo podría quedar reservado en esas altas esferas, pero inevitablemente, más temprano que tarde, se filtraría a los medios para  
Conocimiento de los ciudadanos.

Hay un suceso que se repite cada año y es la final de fútbol de la Copa del Rey, donde antes se decía que la jugaban el Atleti de Bilbao y otro, mientras que ahora la suele jugar el  Barça y otro. En 2015, ambos hubieron de jugar esa final. La circunstancia convirtió un suceso deportivo en un conflicto político. Se eligió el feudo catalán y el Monarca no tuvo más remedio que acudir para entregar “su” copa al vencedor. La pitada al Monarca fue tan monumental que la escuchó todo el país, pese a los esfuerzos de los técnicos de sonido de TVE. Ya hemos mencionada la pintoresca reacción del juez Ramírez Sunyer.
Un hecho similar al del fútbol, aunque más grave por tratarse de la manifestación ciudadana en contra del terrorismo, sucedió el pasado 26 de agosto, cuando el Presidente del Gobierno y el Jefe del Estado decidieron acudir a ella y recibieron el sonoro rechazo de la miríada de participantes .
Esa desafección mayoritaria de los ciudadanos de Cataluña y de Euskadi
hacia el Jefe del Estado convierte de hecho al Monarca en el simple “Rey de Castilla”.
Difícil situación la del papel real en Cataluña, donde la trayectoria tanto la Casa de Austria, por los sucesos de 1640; como la Borbón en 1714, las hace parecer como los villanos de la historia de Cataluña.  Así pues, esto hace que  el nombre “Borbón” en Cataluña suene como el de “Cortés” en México. Un conflicto de difícil solución..
Quizá la legitimación del Monarca pudiera haberse hecho antes. A su anterior y desprestigiado antecesor lo ungió el dedo del déspota saltándose todas las seculares normas dinásticas. Un referéndum quizá hubiera podido haber  legitimado a ambos, pero a diferencia de lo que pueda ocurrir en las democracias centroeuropeas, el referéndum en este Estado es una palabra maldita, quizá porque quien pudiera promoverlo no esté muy seguro de ganarlo o por porque pudiera descubrir otras preferencias para el Estado de los ciudadanos.   

En estos momentos, resulta estruendoso el silencio del Jefe del Estado ante lo que parece la mayor crisis territorial desde la independencia de Cuba en 1898.
Todo el quehacer del Monarca en la gran crisis del Estado parece limitado a  su aburrido discurso navideño y a otros coyunturales, donde expone las sinsorgadas que aparentemente le entregan escritas y refrendadas  Rajoy o su hacendosa ayudante. Nada propio.
Se echa de menos, por ejemplo, que ante gran crisis de Estado, el Jefe de este, no convocara a los líderes de todos los partidos con representación parlamentaria para que expusieran sus Cahiers de doléances, como lo hicieran en 1789 los “Estados Generales” ante el rey Luis XVI. No tendría por qué opinar, pero sí escuchar y transmitir a la opinión pública las diferentes propuestas territoriales.
La diferencia entre un Jefe del Estado silente como el del Rey español y el equivalente en una república federal como la alemana es que en esta última el Jefe del Estado Federal, aunque teóricamente tenga pocas posibilidades de gestión política, los diferentes presidentes a lo largo de la historia de la República Federal sí aprovecharon su autoridad moral para marcar el clima político. Véase si no la gestión de la última reunificación alemana.

Si la figura del Monarca es simplemente decorativa, podría prescindirse de ella y ahorrar al Estado los 7.82 millones de euros que soportó en este año 2017.  
JGM