domingo, 15 de septiembre de 2024

La jueza patosa


Parece como si la ministra Margarita Robles quisiera entrar en una pugna de despropósitos con el Sr.González Pons. Intentando comerle el terreno al ministro de Exteriores, Albares, vuelve a meterse en asuntos que no le competen, la Política Exterior, y arremete contra el Gobierno venezolano catalogándolo de DICTADURA.

Digamos que Venezuela ha sido tradicionalmente una democracia “imperfecta”, como tantas otras en el ancho mundo.

Una peculiaridad venezolana es que a los tres poderes tradicionales se unen otros dos: el Poder Ciudadano (Fiscal General, Defensor del Pueblo,...), que es autónomo e independiente. El quinto poder es el Poder Electoral.

Es este último el que asegura la transparencia en las elecciones presidenciales así como las de los gobernadores y alcaldes. Sus miembros se proponen a través de las Universidades, de los órganos judiciales y del Poder Ciudadano; su aprobación necesita 2/3 de los votos de la Asamblea.

El sistema electoral en Venezuela está automatizado, digitalizado, y a la vez se imprimen las actas físicamente por si hubiera un fallo en la aplicación. Todos los observadores internacionales están de acuerdo en que es un sistema plenamente transparente y fiable.

Hasta aquí podemos hablar de una democracia “formal”, con esos dos poderes añadidos y un sistema judicial con un Tribunal Supremo federal...¿Me dirán que es este un órgano politizado? Pues verá Ud., Sra. Robles, en todos sitios cuecen habas, si no que le pregunten al Sr. Puigdemont.

¿Cuál es problema ahora? Pues que las actas registran el voto de las máquinas y sin ellas no hay forma de emparejar los resultados.

Dicen que el presidente Maduro se niega a reconocer la victoria de la oposición y por tanto a abandonar el sillón presidencial; bueno, no es algo nuevo; va a hacer cuatro años que algo así sucedió en la más importante democracia mundial cuando Donald Trump no reconocía la victoria de Biden e instó a sus seguidores a asaltar el Capitolio. En aquellos dramáticos días a nadie se le ocurrir decir que los EE.UU. se hubieran convertido en una dictadura. ¿O no?

 Admitamos que Venezuela es un estado autoritario, que el Ejecutivo abusa de su poder sobre otras fuerzas políticas (mal hecho); pero dada la limpieza de las votaciones, el conflicto que habrá de dilucidarse en el próximo mes de enero necesitaría quizás la mediación de un comité internacional que cotejara la validez de las actas que presenta la oposición con las pudiera presentar el partido del actual presidente.

Mientras tanto, Sra. Robles, quizá convendría que se limitara Ud. a su cometido como ministra de la “Guerra” y dejara la bocachanclería al Sr. González Pons, a la Sra. Gamarra y a ese portavoz que el Sr. Feijóo se bajó de Galicia para insultar al Presidente y a su esposa.



Un político con responsabilidad no debe de olvidar nunca que desde Maquiavelo hasta nuestros días la ciencia política tiene claro el concepto de la “Razón de Estado”, y que son muchos los negocios, las empresas y los ciudadanos que pueden ver su existencia alterada por unas declaraciones impropias de un político, una política en este caso, que no sabe medir sus palabras.

Y recuerde Sra. Robles a aquel político socialdemócrata alemán que tras una intervención en la Cámara se preguntaba "Qué tontería habrás dicho, viejo Bebel, que te aplaude la derecha".

JGM















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