domingo, 31 de enero de 2016
miércoles, 27 de enero de 2016
Año bisiesto y Semana Santa adelantada
Este año de 2016, la Pascua se celebra inusualmente pronto. La fijación astronómica de la fecha dio lugar a la reforma actual del calendario. (El País 27 Ene 2016)

Quizá convendría recordarle al señor Bourrellier, tan amante de las grandes cifras, que frente a ese 50 por ciento de cofrades que menciona convive un 62 por ciento de jóvenes en paro (cifras de 2015).
Pues sí, venerable carcunda, no abandonéis la Edad Media,¡ a saber con qué os encontraríais!
JGM
martes, 19 de enero de 2016
Elecciones a la vista
Se cumple hoy el primer
mes tras las últimas elecciones y, a pesar del amplio abanico de combinaciones
posibles de elementos, tomados ya uno a uno o hasta ocho, no aparece ninguna
opción clara en el horizonte político de este país.
Tampoco es algo
excepcional en las democracias europeas: e.g., la italiana, la belga,…; pero lo
significativo es que la mayoría de los ciudadanos españoles (61% según
Metroscopia, El País 16/1/2016) prefiere los pactos antes que repetir
elecciones. Sobre todo porque las encuestan ofrecen pocas variaciones
significativas.
En las democracias
avanzadas la situación más común es el gobierno en coalición de las dos
candidaturas más votadas (“la gran coalición”, véase el caso alemán), y la
alternativa es una coalición de otros partidos con rasgos ideológicos similares
(caso portugués). ¿Qué dificulta que eso suceda aquí? Veamos cuáles son los dos
problemas principales: Uno, Rajoy y su partido; el segundo, quizá más
importante, el conflicto entre el independentismo catalán y el nacionalismo
español.
Rajoy es un apestado al
que nadie quiere acercarse, pero aunque lo sustituyeran como candidato a la
presidencia, no habría tiempo suficiente para olvidar cómo esa formación bajo
su mando ha aprovechado de forma despótica su mayoría absoluta durante cuatro
años. Tampoco han mencionado ni por asomo su disposición a derogar las leyes
más contestadas de su legislatura. Y no menos importante, la corrupción que
sigue apareciendo un día sí y otro no, en la prensa. Hoy le toca a López
Seijas, el amigo de Rajoy y empresario del hotel donde Rajoy celebró la
Nochevieja; también a la ministra de Fomento, enchufando a alguien en AENA.
El PP considera a Rajoy
amortizado, pero no tiene un claro substituto y no está dispuesto, a pesar de
la millonaria pérdida de votos, a crear un conflicto interno que soliviante a
la clientela rajoista. Rajoy es un candidato, que de repetir mandato, al no
estar amparado por la mayoría absoluta de sus corifeos, no soportaría la
presión de la oposición; demostrada ha quedado su facilidad para perder la
compostura ante la menor crítica directa y para responder con insultos lingüísticamente
incoherentes. ¡Está gagá! piensan muchos,
incluso de su partido. 
Por otra parte, es
probable que en algún momento tenga que sentarse en un banquillo judicial en
calidad de lo que sea, bien requerido por los abogados de Luis “el cabrón” o
por los de cualquier otro imputado en los grandes procesos que se avecinan para
ese partido.
Pero al lado del
conflicto catalán, el personaje Rajoy podría aparecer insignificante: se le
cambiaría por otro, ¡y ya está!
Respecto a este otro
impedimento, el secesionismo catalán, digamos que si bien es un conflicto que
data desde la muerte del rey Fernando II de Aragón, allá por las primeras
décadas del XVI, los catalanes nunca habían estado tan cerca de librarse del
yugo castellano como en estos días.
El hecho actual que
prendió la mecha y que ha sido el factor determinante fue la denuncia de Rajoy
y sus huestes del nuevo Estatut de
2006, ya entonces en vigor, ante el Tribunal Constitucional; con la consecuencia
de la eliminación de las cláusulas aprobadas tanto por el Parlamento catalán
como por el español, y por el posterior referéndum vinculante de los ciudadanos,
que acudieron en número suficiente a las urnas a pesar de la prohibición de incentivar
la participación por parte de Junta Electoral Central(¡) -recordemos que el referéndum
solo se celebraba en el territorio de Cataluña-, bien que fue el Partido
Popular de Cataluña el único que hizo campaña tanto en catalán como en
castellano. Su eslogan de campaña fue "Di no al Estatuto”. El resultado
fue de 73,90% votos a favor, 20,76% en contra y 5,34% votos en blanco.
El primer Estatuto de
autonomía vinculante, el Estatuto de Nuria, se celebró en Cataluña en 1931. ¿Se han preguntado los políticos electos el mes pasado
por qué si se han celebrado ya desde entonces otros dos referéndum vinculantes en Cataluña: el
Estatuto de Sau, en 1979, y el más reciente de 2006, no se pueda celebrar otro
sobre un asunto tan propio de ese territorio como el de los anteriores?
El Partido Popular y el
genio de la política que aún le preside decidieron ganar votos en el resto del
territorio a costa de anular la voluntad de los catalanes: recuérdese el ridículo
papel de Rajoy, entonces en la oposición, postulando en la “milla de oro” de
Madrid, pidiendo el voto anti-Estatuto a las damas en un día envisonadas de la
calle Serrano. 
Esta lumbrera política, dejó
de leer un dia “la Marca”, encendió la tele y vio a millón y medio de catalanes
manifestándose por la independencia...y ¿qué dijo?, ¡Vaya algarabía!
Es ese homme d’État el que nombró ministro a un
botarate que humilló a los catalanes donde más le duele, en su lengua. El sujeto
que se jactó de “españolizar a los niños catalanes”. Un tipo empecinado en su
estulticia que fue debidamente recompensado junto a su mujer con un lujoso piso
en el distrito XVI de París, con cuerpo de casa y coche pagado por todos
nosotros, incluidos los catalanes. Confiemos en que el Gobierno resultante el
20-D le mande unas cajas de cartón para que se mande mudar.
Así pues, parece ser el
tema de un posible referéndum en Cataluña el escollo que impide un gobierno
PSOE-Podemos, que estaría apuntalado por IU y algunos nacionalistas.
Podemos paró una caída en
picado con una arriesgada y acertada decisión, aceptar un referéndum secesionista en
Cataluña, para el que, sin embargo, dijo pedir el NO.
Sánchez no se atreve a aceptarlo,
probablemente por temor a los barones de los territorios menos desarrollados,
sobre todo a la baronesa andaluza.
Pero meditemos un momento:
la decisión de Podemos fue valiente, pero le permitió ser la primera fuerza
política en Cataluña, mientras que Ciudadanos quedó relegada a la quinta
posición; sin embargo no perdió votos en el resto de las comunidades, pues
parece ser que el resto de los ciudadanos empieza a comprender que el secesionismo
catalán es algo ajeno en lo que no tienen mucho que decir.
En cualquier caso, el referéndum
sería el fin del proyecto conducente a la República Catalana, en el que ya ni
Podemos ni ningún otro partido del actual Estado tendría por qué intervenir.
¡Y a saber, que pasaría
entonces!
¿Por qué el PSOE se
empecina en negar algo que de momento es un simple proyecto teórico y que de
consolidarse no tendría nada que ver con él?
Basta comprobar algunas
macrocifras para ver cómo el problema territorial se cerró en falso en 1978.
Andalucía supera en
población a Cataluña en aproximadamente un millón de habitantes, mientras que
los porcentajes relativos de PIB per cápita entre ambas son del 61.5%, el catalán (26.996) frente al 38.5% (16.884),
el andaluz; asimismo Andalucía posee el peor mercado laboral de la Europa
Comunitaria. En 2014 el paro en Andalucía era del 38.4% -la mayor tasa regional
de la UE- y el paro juvenil alcanzaba el 53%.
Son cifras demasiado divergentes para que no se traduzcan en un
conflicto político.
JGM
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