¡Llarena, Marchena! ¡Ay, qué pena; ay qué pena!
Me resultan tan chuscas las sentencias de estos dos tribunos sobre la ley del Parlamento soberano de Amnistía, que representa a todos los ciudadanos, que no puedo evitar una parodia:
Me acusa el juez Ll. de "malversación para enriquecimiento personal" Y expondría este pájaro: Sí, Ud. está obteniendo beneficios a costa del Estado.Ud está guardando en un colchón el dinero que gana bien que legítimamente; pero está causando, así, un daño económico al erario al no hacer un consumo que proporcione los correspondientes impuestos a la Hacienda Pública. Por lo tanto Ud. está incrementando su patrimonio a costa de restarlo al Estado.
Ergo, prevaricación con enriquecimiento personal. ¡Y no se hable más. La sentencia es firme e inapelable!
Fdo: Ll. y sus compinches.
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