
El Prior Valle de los Caídos, en una imagen de archivo EFE
Por si alguien no tiene calendario en casa, les
aviso: Estamos al borde de la tercera década del siglo XXI. Sí, es decir, a más
de cinco siglos de la muerte de Giroiamo Savonarola y de la de Tomás de
Torquemada. que, por cierto, murieron, para bien, en el mismo año: 1498. Pero,
para no ir tan lejos, nos hemos alejado casi medio siglo del fin físico de otro
tipejo de esa ralea, hablo del sátrapa Francisco Franco "no se qué más".
Pues bien, héteme aquí que, cuando los comunistas
chinos han conseguido ver el otro lado de la luna, en esta democracia
"moderna", un curita, ese de la foto, -miren, por favor, su pose- se
ha propuesto poner en jaque al Estado, ni más ni menos que al Estado de una de
las principales potencias industriales. Se ha enfrentado él solito a los votos
mayoritarios de 36 y medio millones de habitantes, y ¡ahí lo tienen, tan ufano!
¿Qué quiere decir esto? Pues, muy simple, que este
es un Estado fallido, que basta con que una mañana se levantara con los
pantalones de cuadros aquel tipo del tricornio u, hoy, el comisario de la gorra
macarra, para que tiemble el Estado.
Sí, es un chantaje continuo por parte de cualquier
mindundi: Hubo que darle tres millones de euros de los fondos reservados a una
putilla para que no se desmoronase la más alta institución del reino. Ya
antes ocurrió con un banquero hortera y ladrón, y con su socio, un espía
funcionario. Y vaya Ud. a saber cuántas veces más habrá ocurrido; para eso están
los fondos reservados
¿Soluciones a la vista? Pocas. ¿A quién puede
extrañar que algunos quieran alejarse lo más posible de este
"merder"?
JGM
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