miércoles, 2 de marzo de 2016

Tecnología y desempleo

El pasado febrero este bloguero envió una carta a La Marea expresando sus dudas sobre el artículo publicado por el Secretario de Política Económica Global de Izquierda Unida. carta que,  debido probablemente a que solo publican una carta mensual de  los lectores, no ha aparecido en su número de Marzo.
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La carta al director y al Sr. Garzón era la siguiente: 

"Estimado Sr. Director
Lamento discrepar, por una vez, con Alberto Garzón, pero creo que su artículo publicado en La Marea (Feb. 2016) dista mucho de reflejar la realidad en nuestro país.
El epítome del artículo está contenido en los titulares. “El progreso tecnológico crea muchos más puestos de trabajo de los que destruye”, y a través del texto señala el autor cómo desaparecen los trabajos “más duros, repetitivos, peligrosos y aburridos” para crear “los más artísticos, los más creativos y los relacionados con los cuidados, la tecnología y el conocimiento”.
Apoya Garzón su tesis en un gráfico sobre índices porcentuales de creación y destrucción de empleo en Inglaterra y Gales a lo largo de los últimos 22 años. Aparte de irrelevante, el gráfico no tendría nada que ver con la realidad española, ya que las ocupaciones con crecimiento más rápido en esos dos países son: Asistentes de enfermería, cuidadores, trabajadores domésticos del bienestar, y profesores y educadores; es decir, todo lo contrario que sucede en nuestro país, donde muchas empresas han aprovechado la crisis para implantar avances tecnológicos.
Sin ánimo casuístico me vienen a la cabeza dos aplicaciones avanzadas en la Comunidad de Madrid: Una, la renovación de abonos de transportes, que en el mes de diciembre de cada año suponía unas larguísimas y penosas colas de gente mayor. Ya hace más de un año que basta simplemente con abonar una cantidad en un cajero y se renueva automáticamente la tarjeta anual. El otro ejemplo es la automatización de las recetas farmacéuticas para males crónicos, basta con presentar la tarjeta sanitaria en la botica y se ahorra las citas (ahora también robotizadas) con el médico o la enfermera.
En el primer caso, imagino que los administrativos eventuales, trabajarán ahora de temporales navideños en Primark; y las enfermeras sobrantes del segundo caso irán a engrosar las cifras positivas  del gráfico de Inglaterra y Gales. Según El País, 8Feb 2016, los cinco mayores hospitales de Madrid han perdido 3.000 empleos en el último lustro, la mitad de ellos de personal sanitario; y todo eso a pesar de haber aumentado la población en más 100.000 habitantes.
Sí, Marx solo veía en los luditas una rabia infantil, pero el viejo filósofo no pudo ni por asomo imaginar el auge de la tecnocracia y sus efectos devastadores sobre los asalariados
Desgraciadamente, el progreso tecnológico, al menos en nuestro país, no conducirá a las pocas horas de trabajo semanal que Marx, su yerno Lafargue o, más recientemente, André Gorz aventuraran. Todo lo contrario, aquí todo parece apuntar a un país de camareros y otros servicios hosteleros, con jornadas extenuantes mal pagadas.

Un saludo cordial para Vd. y para el Sr. Garzón"

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Ya el precursor de la cibernética, Norbert Wiener, dijo que "la máquina automática es el equivalente económico del trabajo de esclavos y que cualquier forma de trabajo que compita con ella tendrá que aceptar las consecuencias económicas del trabajo de esclavos".

Resultado de imagen de tecnologia y desempleoJeremy Rifkin, en su obra "Fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo..." muestra su poca fe en un futuro "tecnoparaíso", sostiene, más bien, que en lo sucesivo, ni el mercado ni el sector público podrán rescatar el creciente desempleo tecnológico. 

Contemplamos, naturalmente con impotencia, la dificultad de oponerse a ese desarrollo tecnológico. No se trata de volver a consideraciones luditas, sino de volver a los postulados marxistas, reconociendo la inevitabilidad de progreso y tratando de estar preparados para asumir tasas de paro del 75 por ciento en el sector de "cuellos azules y blancos".

Por lo que a este país respecta, repitiendo lo expresado en la carta, si  Trotsky hubiera podido repetir la "visita" que en 1916 realizó a España y que le sugirió el cáustico comentario de que era " una país de limpiabotas", ahora lo hubiera calificado, quizá, como un "país de camareros".

JGM    
 

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