domingo, 21 de febrero de 2021

A los jueces no les gusta el rap

 

A los jueces no les gusta el rap. A mí tampoco, pero cuando suena en mi radio, cambio el dial, y santas pascuas.

Algunos medios intentan justificar la prisión del rapero Pablo Hasèl por acumular otras culpas, que están todavía sin sentencia firme. Pero lo cierto es que Hasél ha entrado en la presó de Lleida por sus tweets y por las letras de sus canciones, doblemente condenadas en dos sentencias, lo que impide su libertad provisional. Hechos que en las democracias más “plenas” no hubieran constituido delito.  

Dicen esas sentencias que lo han sido por enaltecimiento del terrorismo y por injurias y calumnias a la corona.

Veamos, los terrorismos de ETA, Grapo y Terra Lliure, como acertaron a decir dos de los jueces del TS, están muertos y enterrados; y en cuanto a las injurias a la Corona, digamos que la corona es simplemente un concepto, no una persona que se pueda sentirse insultada; otra cosa es que la máxima y larga representación de esa corona haya sido un fulano que ha evadido 80 millones de euros del erario español para regalárselos a su querida, y luego se haya dado las de Villadiego con el amparo y beneplácito del aparato del Estado.     

Sin duda sus tweets y sus raps muestran que Hasél, como diría mi abuela,  tiene “carácter”, o sea, mal carácter y mala lengua, pero esa tampoco le falta a la Presidenta de la CAM, y no por eso la meten en la cárcel.

Otro sí, cuando el presidente Sánchez se empeña en decir que vivimos en una democracia plena; sea, quizá, por su simple formación economista o por su cargo, muestra un profundo desconocimiento sobre las teorías de la democracia.

Según Norberto Bobbio: “la democracia perfecta no puede existir, o de hecho no ha existido nunca”, es decir ni en la antigua polis griega de Atenea ni en este Estado, cuasi fallido por su dificultad de integración como tal después de seis siglos.

También, uno de los políticos más prominentes del siglo pasado, Sir Winston Churchill, ironizaba al decir que « la democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado«; es decir, algo siempre mejorable.

O sea, Presidente, puede que quizá esa rotundidad le sirva en sus mítines electorales, pero aquí no cuela. ¿Por qué? Mire Ud. a esa Justicia heredada del más rancio franquismo, donde no se llegó a depurar a los feroces jueces del siniestro TOP que legitimaban las torturas de la Brigada político social. Piense en que una hija de uno de esos de esos jueces franquistas llegó a ser ministra con Aznar. Todo se hereda en este país cortijero.

No es una democracia “plena” esta, donde el Poder Judicial, perpetuado en sus cargos por el filibusterismo del PP, nombra a los jueces más reaccionarios. Donde el “juez supremo”, hablo de Lesmes, se conchababa con el Jefe del Estado, Felipe VI, para poner en solfa al Gobierno de Sánchez, con aquella llamada telefónica, ¡vaya!, ¿no fue quizá aquello golpismo de baja intensidad?

Y qué decir de los ilustres miembros del TS, donde el presidente de la ahora más  importante sala del TS  iba a controlar para el PP "la sala segunda por detrás [la Sala de los Penal, única competente para enjuiciar a diputados, senadores y demás aforados] y presidiendo la sala 61 [especializada en ilegalizar partidos políticos]". Una burda maniobra para ilegalizar a los partidos independentistas catalanes, en la que una vez descubierto el pastel por la imprudencia benefactora de Ignacio Cosidó, no tuvo más remedio Marchena que renunciar al cargo, lanzando al aire una carta más bien hipócrita. ¡Confiemos que por el bien de la democracia fuera  esa una decisión firme!  

Y qué decir de algunos otros miembros del TS, esos que son el hazmerreir de los jueces de la UE; por ejemplo el juez Llarena, al que su torpeza nos llevó a pagar indebidamente una cuantiosa minuta a sus abogados frente a los tribunales belgas.

No olvidemos a la Ilma. jueza Lamela, la inmisericorde perseguida del inocente Rosell (dos años de prisión incondicional) y castigo de independentistas, ascendida a miembro del TS por esos”méritos”.

 

Vayamos ahora a los hechos más candentes: Ya van seis días de manifestaciones callejeras con motivo de la entrada en prisión del rapero: Barcelona, Valencia, Valladolid, Bilbao, Madrid…

Ha habido violencia y algunos saqueos de establecimientos. Algo absolutamente lamentable y condenable, pero prácticamente inevitable cuando elementos oportunistas aprovechan la ocasión, ya sean jóvenes que no tienen cabida en la sociedad más organizada o elementos provocadores, que tampoco parecen faltar. Tampoco es nada irreparable excepto el ojo perdido para una joven barcelonesa.

Todo esto sucede también en Rangún, en Lima, en París con sus “chalecos amarillos” y, últimamente, en el Capitolio de Washington. Sin embargo, no creo que nos podamos quedar en esa generalización, son ya seis días que han sido continuación de los sucesos de Linares. No creo que sea solo un study case para los expertos en Movimientos Sociales, sino más bien para los políticos electos y sus spin doctors. No solo para el Gobierno actual, sino también para las dos derechas más civilizadas, hablo del PP y de Ciudadanos, a las que aconsejaría estar en guardia, porque más que absorberse mutuamente, puede que esa banda de hunos, que empieza a invadir la democracia, acabe absorbiéndoles a los dos para mal de todos.  

 

JGM        

   

1 comentario:

  1. Las "injurias a la Corona" son un absurdo gramatical. Por definición, las injurias solo aplican a las persona, y la Corona es un concepto

    ResponderEliminar