El primer estado de excepción de la democracia
Un proceso electoral desarrollado en estas condiciones es difícil
que no desemboque en la continuidad de la polarización que ha estado
presente en las dos últimas legislaturas catalanas
En este largo artículo del constitucionalista Javier Pérez Royo -hasta hace poco articulista de" El País"- destacaría el siguiente párrafo:"Porque, en primer lugar, la activación del artículo 155 CE es una medida que divide mucho a la sociedad. Tanto que ha sido necesaria la intervención del Rey, a fin de asegurar el concurso del PSOE en la operación.” (Negritas mías).De ser cierto lo que escribe Pérez Royo, ese hecho me parecería gravísimo tanto para la Corona como para el PSOE.Para la primera, porque mostraría una situación tambaleante de esa institución, que habría buscado un golpe de fuerza desesperado para su continuidad, aun a costa de haber tomado partido por una determinada opción política, enfrentándose así a millones de ciudadanos.
Diga lo que diga Rajo de boquilla, él no es el presidente de Gobierno de todos los españoles, ni mucho menos; pero en política puede gobernar el menos votado sin menoscabo de su legalidad. Todo lo contrario ocurre con la Jefatura del Estado cuando la institución está encabezada por un Rey no elegible. Digamos que el sintagma adjetival “Rey de todos los españoles”, no puede utilizarse eternamente como una concesión retórica. Resultaría insoportable observar continuamente el gesto airado del monarca ante la desafección ciudadana cuando se viera obligado a mostrarse en público en algunas CC.AA. debido a algún evento cívico o deportivo.No muy distinta de la actitud del Monarca resulta la del PSOE; es decir, la coincidencia radica en la continuidad en las formas de poder político, que obviamente conlleva una forma de vida, lo que los anglosajones llaman un make a living.El PSOE, a pesar de haber perdido casi un millar de concejales respecto a 2011 y haber obtenido el peor resultado de su historia en unas municipales, fue el principal beneficiado. Los diferentes pactos les adjudicaron 336 alcaldías más que cuatro años antes y la población regida por sus siglas pasó de 10 a 17.5 millones.Logró, así, a pesar de la pérdida de votos gobernar siete comunidades autónomas, 2.800 ayuntamientos y 18 diputaciones; consiguiendo de esta forma un poder institucional de los más importantes que ha tenido en toda la etapa democrática, aunque en la mayoría de los casos haya sido a través de pactos.Mientras que el PP obtuvo el 50% de sus Ayuntamientos en Castilla Y León –curiosamente Ciudadanos obtuvo en esa comunidad los dos tercios de ayuntamientos-, la población gobernada por los socialistas supera el 50% en Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha, Asturias, Baleares y la Comunidad Valenciana.Las tres primeras de las comunidades mencionadas más arriba son las que más subsidios reciben: 79.642 millones de euros de los fondos comunitarios a las regiones deprimidas y un monto similar de las transferencias del Estado, según datos de 2015.Quizá uno de las consideraciones más acertadas de la Escuela de Chicago sea la que postula que las economías subsidiadas nunca logran levantar cabeza. Así por ejemplo la deseada convergencia de Andalucía con el resto de España no solo no se ha conseguido, sino que aparece claramente estancada. El diferencial del PIB per cápita frente a la media española es casi el mismo que en 1980. En aquel año, el PIB per cápita relativo a España (100%) era del 73.1%, y en 2014, del 74.1%); todo ello pese a los fondos recibidos de la UE. (79.642 millones de euros de los fondos comunitarios a las regiones deprimidas y un monto similar de las transferencias del Estado, según datos de 2015).Pero más grave para la UE es la estructura del empleo en Andalucía, no solo por lo preocupante de sus cifras actuales, sino por la tendencia al estancamiento o incluso a empeorar. El diferencial del desempleo respecto al nacional ha ido creciendo con el tiempo, a pesar de la creación del PER en 1984, desde 6,07 puntos en 1980 hasta 9,34, treinta años después; un 62 por ciento de jóvenes en paro (cifras de 2015). Un PER que debido a la sequía actual se ha rebajado de 35 peonadas (jornadas) a 20; e incluso se está pidiendo una nueva rebaja. En la Unión Europea se hacen cruces cuando se les dice que alguien puede subsistir con solo 20 días de trabajo al año.Quizá una de las consecuencias de la subsidiación sea que a pesar de la tremenda tasa de paro, la procura existencial que supone el PER haga que solo el 2,7% de los andaluces se mudaran de municipio en 2015.Cuando en 2012, el presidente de la Generalitat Artur Mas visitó La Moncloa para pedir a Rajoy una equiparación fiscal similar a la del cupo vasco, Rajoy que gozaba de mayoría absoluta se mostró tan desdeñoso como el provinciano que sabe llevar buenas cartas en una partida en en el casino de Pontevedra.Lo que por el contrario hizo Rajoy este año, con el fin de conseguir el apoyo de los nacionalistas vascos a la aprobación de los presupuestos de 2017, fue hacer una generosa rebaja a la ya reducida aportación que Euskadi y Navarra hacen al Estado español. Un agravio comparativo más para los catalanes y para el resto de los españoles.En suma, y volviendo al origen de este post, resulta patente que los poderes del Estado se mueven más por interés propios que por el supuesto bien del país; y que en esa defensa se produzca la confabulación de interés que sufrimos.En el primer caso, por salvaguarda la institución monárquica, y en el segundo, dados los datos de los párrafos anteriores, para mantener a esasamplias clientelas.No resulta así extraño que el antiguo partido de izquierdas haya olvidado sus principios fundacionales y se mueva simplemente por motivos electorales. Solo de vez en cuando su SG lanza algún brindis al sol y dice que a cambio de apoyar el encubierto estado de excepción en Cataluña, ha pedido la reforma de la Constitución; todo ello a sabiendas de que Rajoy no tiene el menor interés en cambiarla…y el PSOE de Pedro Sánchez, tampoco.Parece que ha desaparecido para siempre el homme d’État.En la Transición, aturdidos los franquistas por el clamor ciudadano, hubo que improvisar dirigentes políticos. Al Gobierno de UCD accedieron altos cargos de la Administración. Posteriormente, con el Gobierno del PSOE, llegaron de la Universidad o de los escasos militantes que habían trabajado en la clandestinidad durante el último franquismo.A partir de ahí, los partidos dominantes descubrieron que tenían que tenían que formar criaderos de políticos: “las juventudes”, algo similar a lo que hacen los grandes equipos de fútbol con sus alevines.Ingresan así en los partidos gentes que no tienen oficio ni beneficio y se buscan el mencionado make a living en la política, teniendo que competir entre ellos y aprendiendo ya desde el principio los juegos sucios de este: las zancadillas, la adulación, la confabulación, la colusión y las traiciones al ideario y a los principios fundamentales de partidos centenarios.