El
lamentable suceso de la violación masiva de una joven por un grupo de
desalmados en las fiestas de San Fermín en Pamplona en 2016 guarda una
sorprendente similitud con lo descrito en la novela breve "Rape. A love
story" publicado por la norteamericana Joyce Carol Oates en 2003.
Transcribo aquí la sinopsis de la traducción de
la novela publicada por la editorial “Papel de Liar”*

En 154 páginas, hace J. C. Oates un relato trepidante. La terrible
agresión sexual y física, que deja a la joven al borde la muerte. La
llegada de la policía. El encausamiento de los cinco agresores. El juicio, en
el que un juez anodino, pero por su cargo capaz de decidir la vida de las
persona, parece hacer más caso a un famoso abogado defensor que a la víctima, y
dicta una sentencia inadecuadamente leve.
En cuanto al título adicional del relato “Una historia de amor”,
podría decirse que, en realidad, la novela contiene dos historias de amor; una
convencional, no consumada; una relación entre vecinos que se llevan bien y se
invitan a sus fiestas. La otra, la más verosímil, es la de un amor platónico,
el amor de un personaje, cuyo sentido de la justicia le convierte en el héroe
del relato. Son así, tres personajes, la víctima, el héroe vengador y la niña
de doce años, que al final se descubre como la relatora omnisciente en la
novela.
Vayamos ahora a la otra “manada”, a la sevillana.
Parece ser que cuatro de los encausados tenían antecedentes
penales, por robo, por lesiones, por desórdenes públicos, etc. Uno de ellos, el
ladrón del móvil es guardia civil. Otro, con tres antecedentes, es un soldado
miembro de la Unidad Militar de Emergencias. ¡Protegidos estamos!
A día de hoy, se ha presentado otra denuncia contra ese grupo por
parte de otra joven que sufrió abusos de la banda. Vaya, que parece que se
trata de una banda de serial rapers.
Y qué decir de esos tres jueces. Pues nada que no se pueda decir
de la mayoría de ese colectivo. Un sistema judicial heredado del franquismo y
tendente a su perpetuación.
La “transición” se desarrolló dejando las cosas más o menos como
estaban. Los policías torturadores siguieron en sus cargos, los militares
golpistas siguieron con sus “golpes” y los jueces del siniestro Tribunal de
Orden Público (T.O.P) pasaron a algún otro cargo o juzgado, conservando, claro
está, sus miserables instintos antidemocráticos. La hija de uno de ellos llegó
a ser ministra de Justicia con Aznar.
Naturalmente no se puede generalizar en un asunto tan
trascendental, hay jueces respetuosos con la independencia de su cargo y que
dictan resoluciones en conciencia; pero hay los suficientes aspectos negativos
en el sistema judicial como para pensar que constituyen una casta, casta que se
autoreproduce.
El juez que pedía la absolución también tiene dos
“antecedentes”, dos expedientes disciplinarios del Consejo General del Poder
Judicial. Este juez es hijo de juez y dos de sus hermanos también los son.
Todo esto nos lleva a la reflexión esbozada más arriba de que la
transición sirvió para que la “nomenklatur” franquista conservara sus
privilegios y los transmitiera generacionalmente. Los hijos de los jueces se
hacen jueces y algo parecido sucede en las oposiciones a las grandes bicocas.
Un individuo tan indolente como Rajoy, que solo lee el MARCA y que cuando habla
tiene que leer en un papel, trabucándose a pesar de ello, aprobó una de esas
oposiciones, y no solo él sino también sus hermanos ¿Acaso estaba eso
relacionado con que su padre fuera a la sazón el juez de Redondela, el que tuvo
que decidir con el gran vaciamiento de un depósito de aceite por el hermano del
sátrapa Francisco Franco?
El ex ministro de Justicia Alberto Ruíz Gallardón sacó el número
uno en las oposiciones a fiscal, siendo hijo de uno de los fundadores de
Alianza Popular; ¿una coincidencia?
Razón tenía el sangriento dictador al decir que “todo quedaba
atado y bien atado” y así seguirá por los siglos de los siglos en este
desdichado país. Como dice el profesor holandés Vincent R. Werner en una
reciente publicación** sobre este país,- muy mal recibida por cierto,- “¡esto es
lo que hay!”.
Para terminar esta entrada, decir que la actuación judicial en el
caso de “manada”, me llevó a recordar una vieja canción de George Brassens,
cuyo final era:
“… Mais, par malheur, si le gorille
Aux jeux de l'amour vaut son prix,
On sait qu'en revanche il ne brille
Ni par le goût ni par l'esprit.
Lors, au lieu d'opter pour la vieille,
Comme l'aurait fait n'importe qui,
Il saisit le juge à l'oreille
Et l'entraîna dans un maquis !
Gare au gorille !...
La suite serait délectable,
Malheureusement, je ne peux
Pas la dire, et c'est regrettable,
Ça nous aurait fait rire un peu ;
Car le juge, au moment suprême,
Criait : "Maman !", pleurait beaucoup,
Comme l'homme auquel, le jour même,
Il avait fait trancher le cou.
Gare au gorille !...
Aux jeux de l'amour vaut son prix,
On sait qu'en revanche il ne brille
Ni par le goût ni par l'esprit.
Lors, au lieu d'opter pour la vieille,
Comme l'aurait fait n'importe qui,
Il saisit le juge à l'oreille
Et l'entraîna dans un maquis !
Gare au gorille !...
La suite serait délectable,
Malheureusement, je ne peux
Pas la dire, et c'est regrettable,
Ça nous aurait fait rire un peu ;
Car le juge, au moment suprême,
Criait : "Maman !", pleurait beaucoup,
Comme l'homme auquel, le jour même,
Il avait fait trancher le cou.
Gare au gorille !...
* En septiembre de 2011, la editorial "Papel de liar" publicó una traducción de esta novela, bajo el título "Violación. Una historia de amor. La traducción es de Santiago Roncagliolo.
** El pasado año se publicó "It is not what it is", una crítica acerada a la sociedad española del escritor holandés Vincent R. Werner
JGM